Entiende que todo gran proyecto empieza con una conversación y observando el enclave en el que se asienta. Por eso las villas con el sello de ARK Architects son un traje a medida impecable. Trabajar en la exigencia es una máxima que le ha servido a Manuel Ruiz, cofundador del estudio fundado hace 26 años en Sotogrande (Cádiz), para consagrarse como un arquitecto de referencia para quienes buscan espacios exclusivos, centrados en la modernidad, la sostenibilidad y el lujo silencioso.
¿Cuáles son los elementos clave que definen al estudio?
Aunar función y emoción es esencial. Siempre que empezamos un proyecto tenemos el enclave y un cliente con unas necesidades. Dar respuesta arquitectónicamente a esas dos premisas es nuestra labor y ahí radica nuestro trabajo. Por eso cada proyecto es único y diferente. Y cada vez nos obsesiona más cómo los proyectos dialogan y se integran con la naturaleza.
Se considera arquitecto humanista de la luz. ¿En qué consiste?
Según el premio Pritzker Álvaro Siza la arquitectura es la creación de un escenario para el ser humano. Y eso hacemos nosotros: edificios que van a cumplir la función de ser habitados por personas y la arquitectura tiene que dar respuesta a esa función. Nuestra concepción es profundamente humanista, con el cliente en el centro y origen.
¿Cómo se diseña una vivienda?
Esa pregunta me torturó hasta que acabé la carrera, pero entendí que hay tantas soluciones como mentes creativas. La clave está en escuchar al lugar así como al cliente y cómo vive. De esta manera el proyecto nace de forma natural.
En sus proyectos incluye conceptos como bioarquitectura, lujo silencioso o neuroarquitectura. ¿Son una necesidad que ha venido para quedarse o moda pasajera?
Las palabras con las que denominamos esto son modas, pero no es más que una forma de llamar algo que tenemos muy interiorizado, que es la arquitectura natural. Nuestros proyectos están profundamente vinculados con el entorno. Esa sensación maravillosa de vivir en un jardín es lo que procuramos plasmar. Y de ahí ese concepto de lujo silencioso, porque la arquitectura debe ser callada.
ARK es un referente creando viviendas unifamiliares de lujo. ¿Cuál es el secreto de su éxito?
El éxito es una consecuencia de trabajar con pasión y bien. Estamos en Sotogrande, un entorno natural con un ADN muy potente y nuestra arquitectura nace integrada en este enclave. Además, como el cliente se involucra en el proceso, si no te quitas el ego de arquitecto no sale el proyecto.
“En cada proyecto es esencial escuchar al cliente y meterse casi dentro de su piel”
La escucha es importantísima.
Es una de las claves del éxito. En cada proyecto es absolutamente esencial escuchar al cliente y meterse casi dentro de su piel para ser capaz de plasmar en un papel y finalmente en formas construidas todos esos sueños que lleva dentro. Nosotros somos el vehículo para llevar a la realidad sus ideas y eso, creo, lo hacemos bien.
¿Cómo son sus clientes?
Personas a las que la vida les ha sonreído, han triunfado y tienen poder adquisitivo suficiente como para poder permitirse estos proyectos en estas localizaciones. Suelen ser muy exigentes y lo más complicado es ganarse su confianza, pero cuando se consigue, el proceso es fácil.
¿Hay algún denominador común de peticiones de sus clientes?
La vivienda unifamiliar ha cambiado mucho a raíz del Covid. Tras la pandemia prestamos más atención al cuerpo y por eso, en casi todas las casas que diseñamos hay un área wellness muy desarrollada. Con gimnasios y también con saunas, cámaras hiperbáricas, criosaunas y salas de masajes. Y como también trabajamos más desde casa, ésta tiene que ser un espacio fluido, donde la familia pueda estar junta pero donde cada uno tenga su espacio. Y además, nos hemos dado cuenta de que tenemos que volver a nuestros orígenes y respirar aire puro y limpio. Y eso es lo que intentamos hacer con nuestra arquitectura, vivir en relación con la naturaleza que es tan beneficiosa para la calma, el relax y el bienestar físico y emocional.
Su enfoque se centra en una conexión entre el entorno y quienes lo habitan. ¿Qué es lo más importante cuando se diseña una vivienda?
Intentamos que el impacto en el lugar sea el menor posible, para que el protagonista sea el entorno. Es algo que tiene que ver con el lujo silencioso, que no se quiere hacer notar, porque buscamos respetar la naturaleza y conseguir vivir en un entorno que aporte todos los niveles de confort.
¿En qué proyectos está trabajando ahora?
En demasiados a la vez (risas). Nuestra actividad profesional se divide entre la Costa del Sol, Sotogrande, Marbella, Madrid y proyectos en el extranjero. Ahora estamos haciendo muchos proyectos muy interesantes en Emiratos Árabes, especialmente en Abu Dhabi, y también en Egipto.
¿Hay un boom en la arquitectura?
Yo no hablaría de boom pero sí de preocupación por un entorno vital bueno. Tampoco veo burbuja, porque ésta se creó en 2008 provocada por un sistema financiero y esto hoy no ocurre. Hoy hay más demanda que oferta.
¿Cuáles son sus planes de futuro?
Seguir disfrutando de lo que hacemos. Y expandir la marca a nivel internacional. Encontrarme en situaciones nuevas y diferentes es un sueño retador.