H2O es la fórmula química del elemento más esencial para la vida. Por ello, cada año que pasa las responsabilidades que tenemos como sociedad para preservar el capital hídrico del que dispone el planeta aumentan. Y hoy, en el Día Mundial del Agua, empresas transformadoras como Veolia hacen un llamamiento a la acción para no olvidarnos de este bien fundamental.
Para ello existen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que se encuentra conseguir agua y saneamiento universal para todos en el 2030. Y eso en el Año Internacional de la Conservación de los Glaciares escala a una mayor preocupación, porque, a medida que aumenta la temperatura global, la velocidad de deshielo que sufren estos es mayor.
Los glaciares son cruciales para regular el clima mundial y suministrar agua dulce, esencial para millones de personas en nuestro planeta. Por eso este Día Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo, pone de relieve la necesidad urgente de desarrollar estrategias de adaptación relacionadas con el agua. Porque el cambio climático está haciendo mella sobre un planeta en alerta.
La pérdida de masa glaciar ha contribuido significativamente al aumento del nivel del mar en todo el mundo; la criosfera, que es la superficie de la Tierra donde el agua se encuentra en estado sólido por las bajas temperaturas, se ha reducido en promedio 87.000 kilómetros cuadrados por año entre 1979 y 2016; e incluso en un escenario optimista de bajas emisiones para el año 2100, la masa glaciar disminuirá un 25%, una cifra que podría escalar significativamente hasta el 54%. Y estas son solo tres de las muchas consecuencias que se esperan.
En este contexto España es uno de los países más vulnerables. No solo por los episodios meteorológicos intensos, como pudo verse en la DANA, sino porque un 75% de la superficie del país está en riesgo de desertificación. Pero ¿qué se puede hacer para remediar un futuro tan vulnerable?
Veolia, una apuesta en firme por liderar la resiliencia climática
Empresas como Veolia apuestan por liderar las estrategias que definan la resiliencia climática, es decir, las iniciativas que aceleren un cambio para proteger a las personas, los recursos y la biodiversidad. ¿Cómo hacerlo? A través de la experiencia. Esta compañía da servicio de agua a 13,5 millones de usuarios en más de 1.100 municipios, actuando desde la proximidad y apostando por la colaboración público-privada. Por eso sabe que yendo en la misma dirección, los objetivos se consiguen más fácilmente.
Lo ha hecho ya en lugares como Granada, donde la descarbonización del ciclo integral del agua se ha ejecutado con éxito aprovechando las tecnologías de vanguardia y aplicando los principios de la economía circular. Una alianza con el Ayuntamiento de la capital que ha conseguido reducir la huella de carbono del sistema de gestión del agua, fácilmente replicable en otros municipios.
También lo ha hecho en las Islas Canarias, donde la escasez de lluvias produce un déficit hídrico del 35%. Precisamente por esta causa, el grupo dispone de un modelo referente en la reutilización de aguas con más de 50 estaciones depuradoras que generan más de 6.000.000 m3 de agua regenerada al año. Aunque estos son solo dos de los múltiples ejemplos que se podrían citar.
El fin último es apostar por la innovación como pilar de la transformación ecológica, tal como plantea la compañía en su plan estratégico GreenUp 2024-2027, mediante cuatro ejes que permitirán la consecución de sus metas: la resiliencia para proteger a las personas, recursos y biodiversidad; la descarbonización para aumentar la energía verde y mejorar la calidad de vida; la circularidad para luchar contra la contaminación y recuperar los recursos; y el desarrollo digital para transformar la economía social y los servicios ambientales.
En definitiva, una apuesta en firme por parte del grupo Veolia para liderar una transformación que ayude a la preservación del bien más preciado del planeta: el agua.
