Este año ha dado la bienvenida a uno de los relojes más esperados de la prestigiosa firma suiza Zenith. Un modelo irresistible, porque suma a la complicación estrella de la manufactura, el cronógrafo, todas las características de los ejemplares más de moda hoy: los deportivos chic en acero con brazalete integrado.
El nuevo Defy Skyline Chronograph supone la expansión natural de la familia Defy Skyline, un referente que Zenith alumbró a principios de 2022 con un diseño que remitía al Defy original de 1969. El reloj estrenó entonces una caja octogonal de acero con un bisel de 12 lados, una esfera con un patrón de estrellas y el calibre El Primero 3620, un movimiento automático de alta frecuencia de tres aguas y fecha con un contador de décimas de segundo que latía a 5 hz.
La versión cronógrafo de 2024 mantiene la compleja arquitectura de la caja de acero, de 42 mm de diámetro, así como el brazalete integrado (que puede intercambiarse fácilmente por una correa de caucho incluida en el conjunto) y el dial repleto de información, con elementos de múltiples formas geométricas y vestido de negro, azul o plateado.
Este Defy Skyline equipa un cronógrafo automático, El Primero 3600, que mide las décimas de segundo y las indica claramente gracias a una aguja central que da una vuelta cada 10 segundos una vez que se ha puesto en marcha el cronógrafo. Se trata de un movimiento propio cuyo volante oscila a 36.000 alternancias por hora (5 Hz), una viguería mecánica de reciente factura, con una reserva de energía considerable de 60 horas. Su gran precisión es seña de identidad de la casa.