Arquitectura y ADN tienen que ir la mano. Así lo afirma Manuel Ruiz, el arquitecto de ARK Architects, un estudio cuya filosofía se basa en adaptarse al lugar y a las personas —que lo habitan— como principio y punto de partida. Su empresa, que trabaja en las localizaciones más exclusivas a nivel internacional, como Marbella, Miami o Abu Dhabi, presume de ofrecer un servicio global único en Europa destinado al cliente internacional, pero sin dejar de lado la arquitectura más humana y emocional.
Conversamos con Manuel Ruiz sobre cómo afrontar los retos del presente (y el futuro), el diálogo con la sostenibilidad, la importancia del entorno para la habitabilidad y el gol último de la arquitectura: la felicidad de quien la disfruta.
Te definen como “un artesano de las emociones” … ¿Cómo entiendes la arquitectura?
Todo proyecto arquitectónico da respuesta a una serie de cuestiones: tenemos un lugar concreto en el que intervenir, un cliente que tiene sus necesidades y deseos, un presupuesto y un programa que cumplir, y nuestro trabajo es conseguir dar respuesta a todas las cuestiones que emanan de ellos. Lo que yo propongo con mi trabajo son experiencias que van a provocar un cúmulo de sensaciones. Es una arquitectura pensada por y para el ser humano que la habita, que logra mejorar su vida cotidiana para que alcance algo aún más sublime: la felicidad.
¿Cuánta importancia posee el lugar y la luz en un proyecto?
El entorno y, por tanto, la naturaleza, es el punto de partida desde el que el que comienza el análisis y genera todo lo demás; por eso es esencial a la hora de proyectar, pues el lugar natural guarda el germen de cualquier proyecto. No concibo un diseño sin hacer que los edificios dialoguen con el entorno, que interactúen con la naturaleza.
Respecto a la luz, digamos que la luz es el elemento central de la arquitectura, la arquitectura no puede existir sin ella. En cada espacio, existe una luz concreta con diferentes características, que hay que aprender a manipular y a gestionar para que el proyecto tenga coherencia y podamos llegar a los niveles de sensibilidad que buscamos.
“Todas mis creaciones tienen un diálogo con el entorno”
Entre las particularidades que distinguen vuestro trabajo está la sensibilidad a la hora de manejar la luz, el entorno o los materiales. ¿Cuál es vuestra filosofía creativa en ese sentido?
Partimos siempre de una pregunta esencial: ¿qué vamos a devolverle a la naturaleza para evitar que nuestro trabajo suponga un impacto invasivo? Y, por ello, lo primero es realizar un profundo análisis del lugar donde se va a desarrollar nuestro trabajo, que ya lleva en sí el germen del proyecto. Atendemos a la geografía, la topografía, la climatología, la biología, la cultura constructiva de la zona… y respetamos escrupulosamente el lugar, la luz natural, el entorno en que se encuentra y los materiales naturales autóctonos, que usaremos. El respeto es la clave para nosotros y eso incluye también la sostenibilidad… En el estudio empezamos a tener en cuenta la sostenibilidad hace mucho tiempo, y hoy es una de nuestras banderas.
“Sentir que estás viviendo en un jardín, dentro de la naturaleza, es una idea que me atrae mucho” Manuel Ruiz
¿Cuáles son los materiales que más utilizáis?
Los materiales son el medio de expresión arquitectónica, lo que hace posible que las ideas puedan convertirse en arquitectura. Siguiendo con nuestra filosofía sostenible, utilizamos solamente materiales naturales, como piedra, madera sin procesados químicos, materiales sin adulterar, incluso las pinturas están hechas con base de cal, para favorecer una vida saludable en el interior de nuestras villas.
Los materiales tienen que expresarse de la forma más pura posible, un pilar también muy importante para lograr la sostenibilidad en nuestros proyectos.
¿Qué aspectos son los más determinantes a la hora de crear una obra única como las que han dado fama a vuestro estudio? ¿Cómo es la búsqueda de la excelencia?
La clave es estar en la búsqueda constante de mejora y con una sensación de que siempre se puede evolucionar. Nuestros diseños de hace cinco años son diferentes a los de ahora aunque mantienen su esencia y filosofía, pero las personas, el estilo de vida y el entorno también evolucionan. En ARK tenemos la ventaja de que nuestros proyectos son integrales, por lo que controlamos toda la fase del proceso. Todo nace desde un análisis del lugar, el estilo de vida y por supuesto de un diseño. El diseño es el germen de que un proyecto arquitectónico tenga éxito, y no hablo solo del diseño exterior, sino de cada habitación, baño, cocina, garaje, escaleras… Absolutamente todo debe estar alineado y ser coherente para cumplir su función.
Sostenibilidad, naturaleza y artesanía fundidos en el lujo silencioso, eso ¿es bioarquitectura?
Mi objetivo es crear espacios que estén en sintonía con las necesidades y el bienestar de las personas que los habitan, por eso considero que mi arquitectura es humanista.
La auténtica exclusividad nace de la creación de espacios para las personas que van a habitar en ellos. El diseño es la primera forma de ser sostenible, ya que entiendes el lugar y creas un diseño que se funde con él. En esa creación de espacios naturales integrados en el modo de vida encuentra un matrimonio perfecto la artesanía, donde las texturas, las telas, el tratamiento de la madera y la piedra, los muebles hechos a medida, todo respira un nivel de exclusividad que te transporta.
¿Cómo son y qué piden los clientes?
El perfil de cliente con el que nosotros trabajamos es muy amplio, pero, debido a las peculiaridades de los proyectos que hacemos, tienen un ADN común: son personas con alto poder adquisitivo, acostumbrados a dirigir sus vidas, sus negocios, sus empresas. A la hora de hacer este proyecto, se tienen que dejar llevar, dejarse asesorar por nosotros y este es precisamente el punto más difícil: ser capaces de convencerlos de que confíen en que los vamos a llevar exactamente al lugar al que quieren ir. En ese momento, un arquitecto hace cierta labor psicológica; nos tenemos que poner en su piel, aprender a pensar como ellos, poder meternos en su mente para hacer realidad esos proyectos con los que sueñan, pero que no pueden desarrollar por sí mismos. Es una relación compleja porque nosotros somos el vehículo para hacer realidad su gran proyecto soñado.
Cuáles son las tendencias más solicitadas este 2024?
Es una pregunta muy interesante porque creo que, en el fondo, la arquitectura no es una cuestión de estilos, ni siquiera de tendencias o modas. La arquitectura puede ser coherente o no serlo, independientemente del lenguaje formal que estés utilizando, eso que llamamos estilo. Para ser buena tiene que ser coherente, fiel y estar bien construida porque arquitectura es eso: idea construida. Pero, igual que los seres humanos tenemos cada uno una forma diferente de hablar, también cada arquitecto utiliza un lenguaje formal diferente para expresarse y realizar cada proyecto. En cada obra de arquitectura, cada uno pone su sensibilidad y su forma de expresión.
Bien es verdad que tras estos años muchas personas han percibido en mayor medida la importancia que tiene vivir en un buen hogar, diseñado a su gusto, capaz de cumplir todas las necesidades y que además esté rodeado de naturaleza. Eso hace que busquen todo eso en sus casas. Muchos también lo perciben como un toque de atención para decirnos que es necesario estar en contacto con la naturaleza, lo que congenia con nuestra forma de ver la arquitectura. Siempre digo que me gusta diseñar casas que parecen jardines y jardines que parecen casas, poder recrear esa sensación de estar viviendo en el entorno. También estamos notando que se está provocando una migración paulatina de las ciudades a zonas residenciales de baja densidad de población y, sobre todo, muy rodeados de naturaleza. El gusto del ciudadano va cambiando, volviendo un poco a los orígenes.
Por otro lado, ya llevábamos años viendo, pero ahora, mucho más, que las personas cada vez están más sensibilizadas con la sostenibilidad, la protección al medio ambiente, que quieren comprometerse por un estilo de vida sano. Y en eso está basada nuestra filosofía: en apostar siempre por la eficiencia energética, materiales sostenibles, ventilación adecuada, etcétera.