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Pasión por la química

Andrea Firenze, director general de Covestro en España, quiere dibujar el futuro de la química con el mejor talento y la última tecnología para la circularidad y la descarbonización

La curiosidad de Andrea Firenze le llevó desde muy temprano a cuestionarse el porqué y para qué de las cosas. Su fascinación por la transformación de las materias primas en productos útiles se convirtió en su profesión, especialmente tras realizar sus prácticas en una fábrica de Bayer en Brasil, donde también trabajaba su padre. Décadas después, Firenze es todo un defensor del papel de la industria química en la economía y la vida de las personas, así como el rol estratégico de Tarragona como “el centro productor químico más importante del Sur de Europa”. Es en esta ciudad donde dirige actualmente la multinacional alemana Covestro. Con más de 35 años en la compañía y habiendo trabajado en cuatro países, desde 2010 Firenze lidera el crecimiento de Covestro en España a través de sus cuatro plantas. “Creo firmemente en la innovación como motor de crecimiento”, afirma.

En los últimos cinco años, la empresa ha invertido más de 270 millones de euros en nuevos proyectos en España. Firenze menciona el ejemplo de la nueva planta de cloro de la compañía en Tarragona, que hace un uso energético más eficiente. “Producimos con un 25% menos de consumo eléctrico”, relata. Bajo su dirección, Covestro no sólo ha optimizado sus procesos productivos, sino que también ha reforzado su compromiso con el desarrollo sostenible, demostrando que es posible combinar rentabilidad y responsabilidad ambiental. Este compromiso se manifiesta en el ambicioso proceso de descarbonización que la empresa está llevando a cabo con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.

¿Cómo lograrlo? Produciendo de una manera más eficiente y apostando por la energía verde. “Ser capaces de capturar el CO2 y almacenarlo correctamente es generar el petróleo del futuro. Es importantísimo generar esa materia prima que un día nos hará mucha falta”, concluye.