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El éxito desde cero

El periplo de Harper & Neyer es ejemplo de tenacidad y confianza. Hoy zarpa como una de las etiquetas masculinas de mayor crecimiento en el país —sin depender de fondos ni terceros—.
Nabil Salah Mohamed, fundador y CEO de Harper & Neyer.

Nabil Salah Mohamed, fundador y CEO de Harper & Neyer, es un emprendedor de los que no lo tuvie- ron fácil. Estudió Administración y Dirección de Empresas en la Alfonso X El Sabio y un máster en la Carlos III, pero descubrió en carne propia que la cátedra es superada por la rea- lidad de la práctica. Incursionó en el sector de la moda de la forma menos esperada: distribuía jerseys de fútbol en mercadillos. Actualmente, Nabil posee una firma masculina con una rentabilidad sorprendente, alcanzan- do una facturación de 7,5 millones de euros en 2022, lo que fortaleció la imagen de Harper & Neyer y le empujó a realizar una diversificación obligada para presentar un armario más completo con la inclusión de gafas, perfumería y calzado. Este corsario malagueño nos cuenta su travesía.

Harper & Neyer nació en 2013 en Fuengirola. ¿Cuál fue la inversión inicial del proyecto?

Comenzó cuando aún el comercio online en España era muy incipiente. Alquilamos un pequeño almacén, y la planta baja era la tienda, sobre todo para ver qué decía la gente, si veía el producto como marca y los precios. La propietaria no tenía licencia de apertura, así que tuvimos que mudarnos. Ahí fue cuando nos tiramos al vacío: era cerrar por- que, total, nos habían dicho que no podíamos continuar, o jugárnosla de verdad. Entonces dijimos: “Vamos a jugarnosla; el feedback que tenemos es positivo”. Arrancamos al principio con 3.000 o 6.000 euros y con pro- ducciones mínimas. Cuando monta- mos formalmente la primera tienda pusimos como 30.000 euros.

“TIENES QUE CREER EN TU PROYECTO. AL FINAL, SI VAS A MEDIAS, ESO NO PUEDE TRANSFORMARSE EN UN NEGOCIO»

¿Cómo continuaron después de ese inicio?

Hubo gente que nos veía en Facebook y nos contactaba porque le gustaban las fotos y querían la marca en su tienda o bien nos preguntaba por el tema de franquicia; lo que pasó fue que nosotros no teníamos ni idea y no sabíamos decir que no. Es muy importante saber decir que no y que no estás preparado. Nosotros pen- sábamos que sí —se juntó el hambre con las ganas de comer—. En ese momento abrimos en seis capi- tales: Almería, Granada, Sevilla, Córdoba, Santander, Murcia.

¿Cuál fue el punto de inflexión?

El covid. Desde que comenzamos hasta prácticamente el covid no creíamos en el potencial que podía- mos tener. Al final, la empresa la forman las personas y, sobre todo, el creérselo. Si se va a medias, eso no puede llegar a transformarse en un negocio. Nosotros mismos nos limitábamos. El mejor aprendizaje que hemos tenido ha sido la ‘prueba y error’. Fue durante la pandemia cuando vimos una fortaleza, una cierta confianza; en ese momento complicado la gente daba un paso atrás. Estamos abrazados a la incertidumbre.

¿Llegaron a plantearse un concurso de acreedores?

No llegamos a eso. Antes del covid éramos tres socios, pero con la situa- ción de pérdidas constantes, los otros dos socios me dijeron que preferían cederme su participación. Así asumí toda la responsabilidad. Era el loco que no se daba cuenta de que no tenía salida, tenía pérdidas y una deuda que no paraba de incremen- tarse con el banco y los proveedores; no generaba capacidad para devol- verlo. Yo lo tenía claro, pero me frenaba el paso de creérmelo. Era la típica historia del underdog: el infravalorado, pero después resulta que da la sorpresa.

“MUCHAS EMPRESAS ESTÁN ACOSTUMBRADAS A NAVEGAR EN UN MAR DE CALMA, PERO ESO NO CREA BUENOS MARINEROS”

¿Has recibido comentarios negativos sobre tu proyecto de crear una marca de lujo?

El ruido exterior al final acaba afec- tando para que no te lo creas. Son comentarios que siempre vamos a decir, pero es combustible para poder alcanzar las metas. A mí me servió para demostrar que sí podía. Es verdad que en el potencial de la venta sí me cortaba. Nosotros sabíamos convivir en un mar con tempesta- des y hemos aprendido a navegar a contracorriente. Me di cuenta de que muchas empresas estaban acos- tumbradas a navegar con el mar en calma, pero así no te haces un buen marinero y eso fue el clic.

Una década después. ¿Cómo está Harper & Neyer?

La verdad que muy bien. Tenemos una previsión de terminar con 10 millones de euros. Estamos disfrutando de un buen momento y haciendo las cosas bien. Tenemos un gran futuro con este proyecto a largo plazo. Desde el covid no hemos parado de doblarnos. Nuestra situación es rentable y nos autofinanciamos. Hemos despertado y hemos demostrado que podemos ser la próxima marca en pegar. En 2024 abriremos tiendas propias con un despacho de arquitectos. Hemos aprendido que lo tienes que hacer con profesionales. Nuestro objetivo es potenciar el e-commerce y la internacionalización, ahora que estamos en Portugal, Andorra, Puerto Rico y Argelia. Buscamos que la venta sea a través de B2B, una parte que tenemos virgen y nos permitirá escalar y competir con otras grandes marcas.

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