Elegir un reloj con el que sentirse cómodo haciendo deporte no es empresa fácil. La oferta es amplísima, y no siempre aúna las dosis justas de innovación y elegancia con las que presumir mientras se practica tenis, baloncesto o ping pong. Si se escoge un reloj mecánico, con todo el romanticismo y la clase que ello implica, lo ideal es que ofrezca la función de cronógrafo, para registrar los tiempos transcurridos y retarse a uno mismo. Y quien dice cronógrafo innovador de alta gama dice Zenith, una de las casas suizas puramente relojeras del grupo LVMH (junto con TAG Heuer y Hublot), que ha contribuido al avance del cronógrafo moderno como pocas.
Con El Primero, presentado en 1969 como el primer calibre de cronógrafo automático de alta frecuencia integrado del mundo, y con el modelo Chronomaster, Zenith ha sabido condensar técnica y estética en un reloj que cumple todos los requisitos para convertirse en el definitivo, incluso en los momentos en los que la actividad física no está presente.
En 2021, el ejemplar regresó con fuerza a los primeros puestos de la lista de apetencias de los aficionados relojeros. No en vano, el cronógrafo es una de las complicaciones de moda en la relojería, seguramente por lo útil que resulta, pues permite medir intervalos de tiempo mientras el reloj sigue dando la hora. Ese año, Zenith entregó el nuevo Chronomaster Sport, la culminación de su legado en la fabricación de cronógrafos automáticos de alta frecuencia. Lo hizo con una versión actualizada de El Primero, llamada El Primero 6000, que late a 10 alternancias por segundo para medir la décima de segundo, toda una proeza. Llegó en acero y con una esfera moderna con contadores tricolores muy atractiva. Tanto, que venció en la categoría Cronógrafos en la edición de 2021 de los premios Grand Prix d’Horlogerie de Ginebra (GPHG), los Oscar de la relojería.
Actualmente existen 11 referencias del Chronomaster Sport, y todas ellas muestran un dial tricompax que combina diferentes contrastes, texturas y profundidades, y que cuenta con pulsadores de tipo bomba y con brazalete de tres eslabones con cierre ajustable en la mayoría de los casos. Perfectos para el atleta que desea practicar su deporte preferido con un icono en la muñeca.
El último en incorporarse a la familia ha sido el Chronomaster Sport de acero de 41 mm de diámetro con una esfera tricolor con acabado de rayos de sol en la que predomina el azul metalizado, con contadores del cronógrafo en tonos grises y azules. Funciona gracias a El Primero 3600, que ofrece una reserva de marcha aumentada hasta las 60 horas, aproximadamente. Además, se le ha añadido una nueva masa oscilante con la forma de estrella de cinco puntas Zenith y un acabado satinado. Y, por supuesto, indica las décimas de segundo en el bisel de acero (que no de cerámica, como en el resto de modelos) y aporta también la fecha.
Este Chronomaster Sport se inspira en dos referencias pasadas: el DeLuca de finales de los años 80 y el de principios de los 90. Así que su estética retro no puede ser más del gusto actual de los fans de la relojería deportiva más innovadora.