No hay lugar a discusión: brindar con champán es (y siempre ha sido) el broche de oro por excelencia de celebraciones en familia, cumpleaños, ocasiones especiales marcadas en el calendario, cenas románticas y, obviamente, de Navidad. Que si para acompañar los aperitivos, que si para finalizar un abundante banquete, que si para ayudar a nuestro estómago a digerir las 12 uvas… y cuando se descorcha la botella para llevar a cabo el correspondiente brindis, el espumoso en cuestión ocupa un lugar protagonista, claro. De hecho, algunos descubren al comensal un auténtico mundo de sabores: es el caso de La Grande Année 2014, el nuevo lanzamiento de Bollinger cuya creación es todo un símbolo de excelencia.
Porque hablar de La Grande Année 2014 es poner en valor el savoir-faire de una Maison que se supera con cada uno de sus lanzamientos. Algo que se aprecia rápidamente en el detalle y en la elegancia visual de cada una de estas botellas tributo a una cosecha extraordinaria. Excepcional y atemporal, para elaborarlo se selecciona la uva de mayor calidad y se vinifica exclusivamente en pequeñas barricas de roble de 20 años de antigüedad, favoreciendo así el desarrollo de aromas de gran delicadeza y obteniendo un vino con más cuerpo y con gran capacidad de envejecimiento gracias a la microoxigenación. Un método artesanal que, tras una crianza de más de 9 años sobre lías, culmina con el removido (remouage) y degüelle manual de cada una de las botellas.
La calidad y mimo puesta en este proceso de producción lo convierte en una de las grandes cuvées de la Maison. «Cada botella de La Grande Année 2014 es el resultado del trabajo apasionado, minucioso y riguroso de todos los que trabajamos en Bollinger. Sus métodos artesanales se han transmitido de generación en generación», explica Charles-Armand de Belenet, Director General de la Maison.
Intenso, vibrante y con notas minerales
En La Grande Année 2014 conviven un 61% de Pinot Noir y 39% de Chardonnay, provenientes de una cuidada selección de 19 crus. Entre ellos, destacan de manera especial los Grands Crus de Aÿ y Verzenay de los que se seleccionan las uvas de Pinot Noir así como Chouilly y Oiry de los provienen las Chardonnay. En nariz sorprende por su complejidad y sus recuerdos de brisa marina; también aromas de cerezas, limón, membrillo y bergamota se combinan con notas avellana, almendra, melocotón y ciruela mirabel. Una complejidad aromática que en boca culmina como un champán fino, intenso, con un toque salino y con una delicada acidez.
La perfección alcanzada con su proceso de elaboración, desarrollado durante casi dos siglos, ha premiado a Bollinger con el sello de calidad Patrimoine Vivant, entregado por el gobierno francés, que recompensa el trabajo de firmas consagradas a la artesanía y savoir-faire.
Nota de cata
Fase visual: Un color con reflejos dorados, testigos de la madurez del vino, pero también de los métodos de vinificación de la Maison Bollinger.
Fase olfativa: Una nariz afrutada, precisa y ligeramente yodada. Los aromas a cereza y limón combinan con el membrillo y la bergamota. En una segunda fase, se aprecian notas de avellana, almendra, ciruela mirabel y melocotón que completan esta paleta aromática.
Fase gustativa: En boca se abre con una efervescencia fina e intensa, seguida de una vinosidad agradable y equilibrada por una acidez delicada. Su finísima textura y el toque salino final le confieren una gran presencia en boca, acompañada de sabores complejos de frutas del huerto y cítricos. Un vino aéreo que se va desplegando progresivamente y acaba mostrando todo su potencial e intensidad.
Maridajes recomendados por la Maison: Lubina del Mediterráneo, patatas nuevas y flores de calabacín; raviolis de cigala, foie gras y flor de sal; vieiras salteadas a la mantequilla de cítricos y alga kombu de azúcar.
*EL VINO SOLO SE DISFRUTA CON MODERACIÓN.
PVP: 195€
Punto de venta digital: Lavinia.