Querido lector, te voy a contar una historia para que aprendas un poco más sobre marketing, sobre el comportamiento de compra del consumidor y sobre los franceses que no quieren ser engañados.
La semana pasada alquilé un barco en Menorca. Era el segundo año que alquilo a la misma persona, José Luis. El tío es un máquina, en verano tiene su negocio de barcos y el resto del año una inmobiliaria. Al acabar el día de barco, le pregunté:
- José Luis, ¿qué tal va la inmobiliaria?
- Pues mal, para que te voy a engañar.
- ¿Y eso por qué?
- Pues porque a estos precios nadie compra. Antes vendía todo a los franceses, pero se han cansado de comprar a precios elevados y ya se lo piensan dos veces, los propietarios se han cargado el mercado. A nadie le gusta que lo engañen.
Totalmente. A nadie le gusta que lo engañen.Ni a los franceses, ni a los españoles, ni a nadie. Te vayas a comprar una casa o quieras lanzar una campaña en Google. Y por eso estoy aquí escribiendo estas líneas. Para hablarte sobre la importancia de la honestidad en un mundo globalizado. Desde mi experiencia: si tienes una actitud oportunista de cara a la venta de tus servicios, tienes los días contados.
Hablando en primera persona, estoy seguro de que la apuesta de mi empresa de ayudar por encima de ganar, de ser sinceros siempre y de pensar que el bien del cliente es el tuyo propio, es la fórmula secreta del crecimiento.
Desde nuestra concepción hemos trabajado por crear una oferta de alta calidad en marketing digital alcanzable a todo tipo de empresas, grandes y pequeñas, jóvenes y con solera, con mucho o poco presupuesto…
Así que, si tú que me estás leyendo, ofreces servicios, piensa siempre en el largo plazo, no pienses en ‘llenar el bolsillo’ en el corto o espantarás a los franceses y, con ello, no sólo te bajarán las ventas a ti, sino a pobres autónomos y empresarios como José Luis.
Por cierto, mi empresa se llama ómibu.
