Si no tienes tiempo de ir al gimnasio o tu agenda te impide moverte de tu silla, anota estos consejos para que saques tiempo de donde no puedes.
En primer lugar deberás de tomarte en serio tu alimentación, y para eso tendrás que tomártela como una tarea más laboral. No descuides esto al igual que no abandonas el informe diario. Dedica un rato de cada día a preparar los alimentos del día siguiente si vas a creer que tu agenda te ahogará. Está comprobado que si no llevas tu mismo tu fiambrera comer fuera te costará –además del dinero- el doble de calorías.
Llevar a la oficina un menú equilibrado se completa con una tortilla de arroz en lugar de la chocolatina de media tarde que tan bien sienta. Asimismo, llegar andando al trabajo te ahorrará esa caminata de cardio que tanto odias en el gimnasio –las bicicletas también cuentan-.
Procura subir por las escaleras y evitar la máquina del vending en el mayor grado posible. Por otro lado, deberás de tener siempre sobre tu mesa o lugar de trabajo una botella de agua con capacidad de dos litros y que deberás de tomar a lo largo de tu jornada para liberar toxinas e impurezas.
Un sencillo ejercicio de glúteos en tu silla te ayudará a sentirte más tenso y a obligarte a levantarte cada cierto tiempo. No importa para qué: acercar un documento, ir al baño o acompañar un compañero afuera –obvia el tabaco en esta parte-.
El sedentarismo es el primer paso del sobrepreso. Para ello, procura que tu trabajo te lleve lejos a menudo. Así podrás combinar tus horas imposibles de spinning con caminatar al aire libre.
Por último, acompaña tu dieta y tu ejercicio con unos zumos dietox que te aportarán la fibra y la pureza al intestino que, por falta de tiempo, no puedes darle.