Ni ellos mismos se lo acaban de creer. Y es que ni los más optimistas podrían haber imaginado que un equipo de tan sólo cinco estudiantes de máster ganaría en la fase de diseño a grupos de más de cincuenta personas y procedentes de universidades tan prestigiosas como el MIT o Standford.
El Hyperloop, que ya obtenido los permisos necesarios para iniciar su construcción y que previsiblemente se abrirá al público en 2018, es un tren revolucionario tanto por las velocidades que alcanza (más de 100 kilómetros por hora) como porque no necesita raíles: funciona por levitación magnética.
El diseño planteado por ‘Makers UPV’ a SpaceX, la empresa de Elon Musk, y que les ha hecho merecedores de este reconocimiento y oportunidad, integra todos los sistemas dentro de la vaina por la que viaja el tren, por lo que no sería necesario invertir raíles para los 600 kilómetros de la primera ruta planteada. Tal y como Daniel Orient, capitán del equipo, ha explicado al diario El Mundo, “Nuestro modelo utilizaría la levitación magnética, por lo que no haría falta crear una pista conductora bajo el tubo del Hyperloop. El propio tubo, que es de acero, serviría para crear la acción de campo magnético”. De esta forma, la construcción se complica ostensiblemente, pero la reducción de costes es impresionante.