Ya es un hecho: la Unión Europea y la OTAN quieren el rearme de los países «amigos» y lo quieren ya. La urgencia se justifica por la guerra con Rusia; las sanciones ya no son suficientes para muchos y quizá nunca lo hayan sido, ahora la agenda política se inclina hacia un aumento sustancial de la defensa.
Así se marcó la reunión organizada por el IE en Madrid. Lo que prevé la Unión Europea es la creación o la mejora del transporte ferroviario para una mejor movilidad de tropas y equipos. Escenarios que creíamos haber dejado atrás, pero no es así. Europa se rearma y resurgen los fantasmas del pasado, los de las guerras que ya ha vivido el Viejo Continente. Lo han llamado movilidad militar, con los consiguientes planes que mostraban el compromiso de España con los planes de acción y, precisamente, la movilidad, tal y como declaró la responsable de Planificación del Ministerio de Transportes, María Corral: «La movilidad militar es una variable nueva en la planificación del transporte español junto a otras prioridades como la transición energética y la vertebración del territorio. Con esa nueva perspectiva, hemos identificado junto al Ministerio de Defensa oportunidades de inversión que suman cerca de 30 000 millones de euros en cinco-siete años».
Estos fondos asignados se localizarán sobre todo en el Corredor Atlántico y Mediterráneo, líneas transfronterizas que forman parte de la red TEN-T.
Ahora el plan de la UE es claro y se llama Connecting Europe Facility (CEF), un fondo asignado para mejorar no solo la movilidad de las vías férreas europeas, sino también el transporte militar por ferrocarril. En cifras, se pasará de 28 000 millones de euros a 51 000 millones.
Europa se rearma y España no quiere quedarse atrás. Estos fondos asignados muestran un aspecto preocupante: ¿será este rearme una simple medida cautelar o estamos ante un conflicto mayor que nosotros?
