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El Estrecho de Hormuz: por qué el mundo mira con tensión este punto clave del planeta

Como advierten varios analistas internacionales, bloquear incluso una parte del flujo de crudo que atraviesa el estrecho alrededor de 17 millones de barriles diarios podría disparar el precio del petróleo desde los 60 dólares por barril (cifra de finales de mayo) hasta los 100 o incluso más en cuestión de días.

El pasado 21 de junio de 2025, Estados Unidos lanzó un ataque aéreo contra posiciones estratégicas de Irán, en lo que supone una de las acciones más contundentes de Washington en los últimos años en la región. El bombardeo tuvo lugar directamente sobre tres instalaciones nucleares iraníes clave: Fordow, Natanz e Isfahán; y fue ejecutado por un Northrop Grumman B-2 Spirit, el icónico bombardero furtivo de largo alcance, capaz de penetrar defensas aéreas sin ser detectado. Conocido por su capacidad de sigilo y bajo nivel de ruido, el B-2 simboliza la tecnología militar más avanzada de Estados Unidos. El ataque fue presentado por el Pentágono como una respuesta para destruir la posible potencia nuclear iraní. Poco después, las autoridades iraníes apuntaron directamente a un posible punto de represalia: el Estrecho de Hormuz.

Pero, ¿qué es exactamente este lugar, y por qué cualquier conflicto cerca de él despierta preocupación global?

¿Dónde está el Estrecho de Hormuz?

El Estrecho de Hormuz es una estrecha franja de mar que conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán y, a través de este, con el Océano Índico. A un lado se encuentra Irán, y al otro, Omán y los Emiratos Árabes Unidos.

Su anchura en el punto más estrecho es de apenas 33 kilómetros, pero su valor estratégico es inconmensurable.

El Estrecho de Hormuz es, literalmente, una arteria del sistema energético mundial. Por él transita casi el 25% del petróleo que se consume en todo el planeta. Según datos recientes de la Agencia Internacional de Energía, eso equivale a entre 17 y 20 millones de barriles diarios, provenientes principalmente de países como:

  • Arabia Saudita
  • Irak
  • Kuwait
  • Irán
  • Emiratos Árabes Unidos
  • Qatar (que exporta gas natural licuado, también vía Hormuz)

Para ponerlo en perspectiva: 1 de cada 5 barriles de crudo consumidos en el mundo pasa por ese estrecho. Cualquier interrupción, amenaza o bloqueo, incluso temporal, puede disparar los precios del petróleo y provocar turbulencias en los mercados globales.

Además de su peso económico, Hormuz tiene un enorme valor militar y geopolítico. Es uno de los llamados “checkepoints” marítimos: pasos obligados para las rutas navales de energía.

Cualquier país que controle o amenace con cerrar Hormuz tiene en sus manos una herramienta de presión con alcance planetario. Esto lo convierte en una zona de vigilancia permanente para USA, Irán y otras potencias regionales, que despliegan flotas navales cerca del estrecho.

Históricamente, Irán ha utilizado su posición geográfica como una palanca disuasiva. En momentos de tensión, ha amenazado con bloquear el paso de petroleros, algo que pondría en jaque al comercio mundial.

Hormuz y la tensión entre USA e Irán

El reciente ataque estadounidense no es un hecho aislado. Forma parte de una escalada que se ha intensificado en los últimos meses, especialmente después de que Washington insinuara públicamente un posible cambio de régimen en Teherán, un mensaje que Irán ha interpretado como una provocación directa.

En este contexto, las declaraciones del ejército iraní no dejan lugar a dudas: “El Estrecho de Hormuz es parte de nuestra soberanía y responderemos si se intenta amenazar nuestra seguridad”, dijo un portavoz militar tras el ataque. Aunque no se ha producido un bloqueo efectivo, el simple hecho de que Hormuz esté en el centro del discurso político y militar eleva el riesgo geopolítico global.

Un paso estrecho con consecuencias globales

El Estrecho de Hormuz no es solo un punto en el mapa. Es un termómetro de la estabilidad global, un cuello de botella por donde fluye buena parte de la energía que mueve al mundo.

Como advierten varios analistas internacionales, bloquear incluso una parte del flujo de crudo que atraviesa el estrecho alrededor de 17 millones de barriles diarios podría disparar el precio del petróleo desde los 60 dólares por barril (cifra de finales de mayo) hasta los 100 o incluso más en cuestión de días.

El impacto sería inmediato:

  • Subida abrupta de precios del petróleo y el gas
  • Presión inflacionaria global
  • Caídas en las bolsas por temor a una desaceleración del crecimiento
  • Interrupciones en las cadenas de suministro internacionales
  • Aumento de costes para consumidores y empresas en todo el mundo

En un mundo aún sensible a tensiones económicas tras años de inflación postpandemia y conflictos como el de Ucrania, una crisis en Hormuz sería como lanzar gasolina sobre un fuego que apenas empieza a apagarse.

Cuando Estados Unidos bombardea objetivos en Irán, o cuando Teherán amenaza con bloquear el paso de barcos, el mundo tiembla, no solo por el riesgo de un conflicto armado, sino por las consecuencias económicas que esto tendría en los mercados energéticos, en la inflación y, en última instancia, en la vida diaria de millones de personas. Por eso, cada vez que se menciona el Estrecho de Hormuz en los titulares, no es solo una noticia regional. Es un recordatorio de cómo la pazy el petróleo dependen, a veces, de apenas 33 kilómetros de agua.

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