El «globo-pebetero» que asombró al mundo en los Juegos Olímpicos de París 2024… está de vuelta. Un año después de que la llama olímpica encendiera el espíritu de los Juegos en la capital francesa, la Vasque diseñada por el reconocido creador francés Mathieu Lehanneur vuelve a brillar sobre el Jardín de las Tullerías. No es solo un recuerdo olímpico: es un manifiesto de futuro.
Con el respaldo de EDF –partner oficial de París 2024 y principal proveedor energético de Francia– y alimentada al 100 % por energía eléctrica de origen renovable, la instalación permanecerá activa todos los veranos hasta los Juegos de Los Ángeles 2028. Cada noche, desde el atardecer hasta la 1:00 de la madrugada, la estructura se elevará 60 metros sobre el corazón verde de París, iluminando el cielo como símbolo de innovación, sostenibilidad y cohesión global.
Acceso gratuito y experiencia inmersiva
Desde este 22 de junio, y cada día de verano, los visitantes podrán acercarse sin reserva ni coste al espacio del estanque central de las Tullerías. El horario de visita se extiende de 10:00 a 21:30, y la experiencia culmina cada noche con el ascenso de la Vasque, en un acto visual que recuerda tanto a los Juegos como a los primeros vuelos en globo de 1783, que también despegaron desde este lugar.
Legado, patrimonio y debate
La permanencia estival de la Vasque no es casual. París apuesta por construir un legado olímpico tangible, que no se disipe con el calendario. La pieza, sin embargo, convive con exigencias patrimoniales al situarse en un espacio protegido. Por eso, el proyecto ha sido reforzado técnicamente para operar de forma temporal durante los próximos veranos, sin modificar el entorno urbano.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se ha mostrado a favor de mantener la instalación a largo plazo, aunque por ahora el acuerdo contempla su activación únicamente estacional.
La estructura, suspendida por un globo de helio, combina diseño, ingeniería y mensaje. Lejos de los modelos tradicionales de combustión, la Vasque es una instalación de luz, agua y bruma que evoca una llama sin quemar nada. Para EDF, este es un proyecto emblemático: una demostración de que el espectáculo también puede ser sostenible.
La Vasque no solo recuerda lo que fue París 2024; anticipa lo que deberían ser los Juegos del futuro: más ligeros, más conscientes, más comprometidos con el entorno. A medio camino entre escultura, ingeniería y relato, la instalación ya es uno de los símbolos más duraderos del legado francés.
