La administración Trump retiró a la Universidad de Harvard la posibilidad de matricular a estudiantes extranjeros, lo que marca una escalada en la disputa de la escuela con la administración en medio de su negativa a aceptar las demandas del gobierno.
«Se revoca la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio de la Universidad de Harvard», dijo la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en una carta enviada a la escuela y obtenida por The New York Times, que informó por primera vez de la escalada.
La revocación de la certificación es efectiva de inmediato, lo que significa que «Harvard ya no puede inscribir a estudiantes extranjeros y los estudiantes extranjeros existentes deben trasladarse o perderán su estatus legal«, según un comunicado de prensa del Departamento de Seguridad Nacional.
La administración Trump amenazó con eliminar la capacidad de Harvard para inscribir a estudiantes extranjeros el mes pasado después de que la institución se negara a cumplir con una solicitud del gobierno de información «sobre la criminalidad y la mala conducta de los estudiantes extranjeros en su campus».
«Harvard tuvo muchas oportunidades de hacer lo correcto. Se negó», dijo Noem en el comunicado. «Que esto sirva de advertencia a todas las universidades e instituciones académicas del país».
Forbes se ha puesto en contacto con Harvard para obtener comentarios y confirmación.
Principal crítico
Jason Newton, director de relaciones con los medios y comunicaciones de Harvard, dijo a Forbes en un comunicado que la acción del gobierno era «ilegal» y que la escuela está «plenamente comprometida a mantener la capacidad de Harvard para acoger a nuestros estudiantes y académicos internacionales».
Asimismo, Newton aseguró que la «acción de represalia amenaza con causar graves daños a la comunidad de Harvard y a nuestro país, y socava la misión académica y de investigación de Harvard».
Investigada por la administración Trump
Harvard lleva semanas enfrentada al Gobierno federal del presidente Donald Trump después de que a principios de abril se negara a cumplir una lista de exigencias.
La universidad es una de las cerca de 60 investigadas por la administración por acusaciones de antisemitismo, y la administración Trump la acusó el 11 de abril de no estar «a la altura de las condiciones tanto intelectuales como de derechos civiles que justifican la inversión federal».
Las demandas del gobierno incluían que Harvard hiciera reformas «significativas de gobernanza» y permitiera que la escuela fuera supervisada por funcionarios de la administración Trump.
En respuesta a la carta de demanda, los abogados de Harvard dijeron que la universidad no podía «permitir ser tomada por el gobierno federal» y no «aceptaría los términos del gobierno como un acuerdo en principio».
La administración entonces congeló miles de millones de dólares de subvenciones federales, y Harvard demandó al gobierno, alegando que la congelación de fondos era «ilegal y más allá de la autoridad del gobierno.»
