En este clima político y económico actual, a nadie se le habrá ocurrido pensar que el próximo Mundial se jugará allí mismo, en los Estados Unidos de América, el país que a base de aranceles y declaraciones beligerantes parece haberse distanciado del mundo para ver quién le sigue y quién no. Los aranceles y el miedo a una posible caída de los mercados hacen de EEUU un país del que desconfiar; primero Groeland, luego los aranceles y las duras declaraciones contra México y Canadá, luego toda la Unión Europea. Por último, la noticia que más nos ha preocupado: los aranceles del 10% a prácticamente todo el mundo. Cada Mundial es producto de su tiempo: hemos tenido ediciones deportivas en tiempos de guerra, durante pandemias, hemos visto jugar la copa en Qatar en diciembre y no en los meses de verano; ya nada nos asusta…. Pero hay algunas preguntas legítimas ¿En qué clima político se jugará el próximo Mundial? ¿Cómo afectará esto al fútbol? Pero sobre todo: ¿será de verdad, el deporte más antiguo del mundo, un puente entre culturas?
El Mundial de Fútbol de la FIFA 2026 será organizado por tres países simultáneamente Estados Unidos, México y Canadá, y se perfila como una de las ediciones más esperadas de la historia del torneo. Será la primera Copa del Mundo en la que participarán 48 selecciones, en lugar de las tradicionales 32. Esta ampliación busca dar más oportunidades a países de diferentes continentes y hacer del evento un espectáculo aún más inclusivo y diverso. La competencia se disputará en 16 ciudades: 11 en Estados Unidos, 3 en México y 2 en Canadá; las ciudades donde se jugarán los partidos serán: Guadalajara, Ciudad de México, Monterrey; Vancouver, Toronto; Atlanta, Boston, Dallas, Houston, Kansas City, Los Ángeles, Miami, Nueva York, Filadelfia, San Francisco y Seattle. Esto es lo que permitirá que más personas puedan disfrutar en vivo de este evento global. La final se disputará el 19 de julio de 2026 en Nueva York Nueva Jersey.

La FIFA también presentó la campaña “WE ARE 26″ (”SOMOS 26″, en inglés) que aspira a que “las comunidades desempeñen un rol integral” en el próximo Mundial. «Es el momento en el que tres países y todo un continente proclaman al unísono: nos unimos en una sola voz para dar la bienvenida al planeta y organizar la Copa Mundial de la FIFA más grande, espectacular e inclusiva de todos los tiempos». ha declarado Gianni Infantino, presidente de FIFA, y ha añadido: «La competición brindará a los países anfitriones y a las selecciones participantes la posibilidad de hacer historia. En este sentido, esta marca única supone un importante paso en el camino a 2026».
Make Fútbol Great Again…
El Mundial de 2026 no solo será un evento deportivo, sino también un gigante económico. Se estima que generará unos ingresos aproximados de 11.000 millones de dólares, una cifra que supera los rendimientos de ediciones anteriores. Las principales fuentes de estos ingresos incluyen los derechos de transmisión televisiva, la venta de entradas, y los patrocinios corporativos.
Los derechos de transmisión, que en ediciones anteriores ya han sido una de las mayores fuentes de ingresos para la FIFA, se espera que generen entre 2.200 y 3.500 millones de dólares. Las cadenas de televisión en diferentes regiones del mundo ya han asegurado contratos multimillonarios para retransmitir el evento. En cuanto a la venta de boletos, se proyecta que más de 5 millones de entradas serán comercializadas, lo que representará alrededor de 2.000 millones de dólares en ingresos adicionales.
Además, el Mundial contará con un enorme respaldo de patrocinadores. Las marcas más grandes del mundo han invertido en el evento, lo que asegura que el torneo no solo será recordado por su calidad deportiva, sino también por su magnitud comercial. Empresas como Qatar Airways y Aramco ya han confirmado su participación en el patrocinio, contribuyendo a que la organización alcance nuevas cifras récord de inversión.
El Mundial de 2026 también tendrá un fuerte impacto en el turismo, particularmente en las tres naciones anfitrionas. Todo lo que puede mover una Copa del Mundo tiene enormes dimensiones: no hablamos sólo de mero turismo, sino también de la renovación y el aseguramiento de las instalaciones, la ampliación de los centros deportivos, la construcción de nuevas instalaciones, la identificación de zonas para los trabajadores, la construcción de centros e hitos, el merchandising y mucho más. En la Ciudad de México, por ejemplo, se espera que lleguen más de 5 millones de turistas de todo el mundo, lo que generará un auge en la demanda de alojamiento y servicios turísticos. Las proyecciones indican que habrá un aumento significativo en la oferta de hospedaje, con un crecimiento estimado del 20% en el número de habitaciones disponibles. La ciudad cuenta con una vasta infraestructura hotelera, que incluye desde grandes cadenas internacionales hasta opciones más accesibles como los alojamientos en plataformas como Airbnb.
El campeonato mundial de fútbol de los aranceles
El carácter globalista del Mundial en este momento histórico choca con la política de aislamiento de Trump. Si la situación no cambia, la capacidad de FIFA para atraer patrocinadores puede fracasar debido al nuevo orden mundial; las emblemáticas fan zones, que suelen estar llenas de marcas globales, puestos de comida internacional y productos de merchandising de diversas partes del mundo, podrían adoptar un estilo más «americano» debido al incremento de los costos de importación.
Esta tensión podría reflejarse en las decisiones operativas de la FIFA de cara al torneo, es posible que la FIFA intente negociar exenciones temporales para el comercio relacionado con el Mundial, estableciendo zonas de libre comercio alrededor de los eventos para mantener su carácter cosmopolita. Los principales patrocinadores de los últimos años en grandes eventos deportivos han sido empresas de origen chino y árabe, ¿cómo actuará la administración de Trump frente a estos patrocinadores?
Lo que está claro para los amantes del fútbol es que este deporte representa el multiculturalismo y la pluralidad; intentar aislarlo significaría arruinar un Mundial antes incluso de que comience. ¿Será este el evento que, más que ninguno, suavizará la administración de Trump? El fútbol hace milagros… ya veremos.