Tras dos días de deliberaciones, un jurado del tribunal estatal de Dakota del Norte dictaminó el miércoles que Greenpeace adeuda 660 millones de dólares en daños y perjuicios al gigante de oleoductos Energy Transfer, controlado por el multimillonario Kelcy Warren. El caso civil se centró en las protestas que duraron un año entre 2016 y 2017, organizadas por activistas contra los combustibles fósiles que intentaban detener la construcción del oleoducto Dakota Access.
La demanda de Energy Transfer contra Greenpeace, presentada en 2019, alegó difamación, molestias, conspiración y invasión del sitio de construcción del oleoducto cerca de la reserva sioux de Standing Rock.
La empresa con sede en Dallas sostuvo que Greenpeace había pagado a los manifestantes, proporcionado capacitación y suministros, y había interrumpido la construcción, causando demoras costosas para la empresa, que no obstante completó el oleoducto de 1.200 millas y 3.800 millones de dólares en 2017. Ahora transporta el 40% del petróleo producido en el yacimiento de esquisto Bakken de Dakota del Norte a refinerías en Illinois.
La compañía dijo en un comunicado que la decisión seguramente sería apoyada por «los estadounidenses que entienden la diferencia entre el derecho a la libertad de expresión y violar la ley».
Warren, con un patrimonio neto de 7.500 millones de dólares, afirmó anteriormente que quería que el caso transmitiera el mensaje de que no se pueden tolerar los ataques a la infraestructura energética. En 2018, declaró que algunos manifestantes (quizás quienes perforaron pozos en tramos ya construidos del oleoducto) deberían ser eliminados del acervo genético.
Greenpeace argumentó ante el tribunal que sólo jugó un papel menor en las protestas, que fueron apoyadas por la tribu sioux de Standing Rock, preocupada por la posible devastación ambiental si el oleoducto filtrara petróleo crudo al río Missouri aguas arriba de su reserva.
Greenpeace afirmó que la demanda de ET era un ataque a la libertad de expresión y tiene la intención de apelar la decisión, que podría llevar a la quiebra al grupo que comenzó a principios de los años 70 protestando contra las pruebas de bombas nucleares.
Según el Bismarck Tribune, Warren dijo en el tribunal que había intentado sin éxito negociar el fin de las protestas y que había estado dispuesto a entregar a la tribu tierras cercanas conocidas como Cannonball Ranch, y también a construir una nueva escuela en la reserva, propuestas que la tribu rechazó.