El Gobierno estadounidense ha anunciado nuevas restricciones a la exportación de microchips desarrollados en el país que puedan ser usados en sistemas de inteligencia artificial (IA) con el fin de ralentizar los avances de China en esta área. Los nuevos controles impuestos desde la Casa Blanca se han decretado tan solo una semana antes de que Joe Biden sea relevado en el cargo por el republicano Donald Trump para un segundo mandato al frente de Estados Unidos.
El modelo anunciado crea tres clasificaciones para la venta de chips avanzados según la nación compradora. De esta forma, 18 países aliados y socios clave, como Australia, Japón, Corea del Sur o Taiwán, no encararán ninguna limitación adicional.
Existirá un segundo grupo de Estados, en el que se englobarán la mayoría, que contarán con cuotas de venta que podrán ser ampliadas en función de las circunstancias. La existencia de este conjunto pretende evitar la compra de chips por parte de China vía terceros países; según el portal especializado ‘Trendforce’, España y Portugal estarían en este nivel.
Por último, en el tercer nivel se encontrarán China o Rusia, que ya tienen prohibido la adquisición de estos microchips y verán aumentadas las restricciones también para entorpecer los modelos de IA que se describen como «cerrados».
La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, ha asegurado que el nuevo reglamento contribuirá a «salvaguardar la tecnología de IA más avanzada y garantizar que no caiga en manos de nuestros adversarios extranjeros, pero, también, permitirá una amplia difusión y compartir los beneficios con los países socios».
A pesar de esto, los chips para videojuegos no estarán incluidos. Asimismo, las empresas como Nvidia u Oracle tendrán un periodo para realizar comentarios y aportaciones de 120 días, más largo de lo habitual, para dar tiempo a la Administración Trump a que realice cambios en la norma tras consultar con la industria y otros Gobiernos.
Reacción europea
De su lado, la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Henna Virkkunen, y el comisario de Comercio y Seguridad Económica, Maros Sefcovic, se han mostrado «preocupados» en un comunicado por las trabas al acceso de chips de IA para los Estados miembro y las empresas. «Creemos que a EE.UU. también le interesa desde el punto de vista económico y de seguridad que la UE compre chips avanzados de IA a EE.UU. sin limitaciones: cooperamos estrechamente […] y representamos una oportunidad económica para EE.UU., no un riesgo para la seguridad», han asegurado.
En este sentido, Bruselas ha indicado que ya ha compartido con la Casa Blanca sus «recelos» y ha subrayado a la necesidad de mantener una cadena de suministros transatlántica en tecnología de IA.