Considerado uno de los mejores actores de todos los tiempos y un ídolo para aquellos que le suceden, Robert De Niro (West Village, Nueva York, 81 años) tiene a su ciudad natal como principal inspiración en su trabajo detrás de las cámaras. Al igual que el actor es quién es gracias a Nueva York, la Gran Manzana es lo que representa gracias a De Niro, ya que muchos de sus personajes han ayudado a construir la idea cinematográfica de «la ciudad que nunca duerme», como su personaje de Travis Bickle en Taxi Drive (1977). Por esta razón, el ganador de dos premios Oscar ha decidido traer a Astoria (Queens) un estudio de cine a la altura de su skyline. Se denomina Wildfower Studios y ha costado un billón de dólares.
De Niro ha devuelto el cine a Nueva York, no solo a través del Festival de Cine de Tribeca, del que es fundador, sino ahora a partir de estos 765 mil metros cuadrados de estructura con once platós. Según Hollywood Reporter, la producción cinematográfica en Nueva York es una industria que mueve 82.000 millones de dólares y genera 185.000 puestos de trabajo, por lo que es una industria que sigue muy vigente en su sociedad. Y por ello, el actor pretende retornar su gloria concedida por producciones como la saga de las películas de El Padrino o de las series de Friends y Sexo en Nueva York, y que actualmente ha sido atribuida por otros lugares de rodaje como Los Ángeles, Londres o Vancouver, debido a sus políticas fiscales e infraestructura más favorables.
Recientemente se ha concluido su construcción y tiene prospectos de comenzar a grabar sus primeros proyectos en diciembre. Sin embargo, De Niro no lo ha logrado solo. El actor llevaba décadas con este proyecto en la cabeza, pero no ha sido hasta hace cinco años, cuando conoció al promotor Adam Gordon, que se decidió para dar el paso de invertir, junto a su hijo mayor Raphael y otros dos socios Matt Dicker y Jane Rosenthal, la suma total de 1.000 millones de dólares. Gordon, a través de su empresa Wildflower Ltd., quien ha proporcionado a Amazon sus instalaciones en esta misma ciudad de comercio electrónico, fue el que propuso la idea de «construir hacia arriba» y de apilar un plató encima de otro.
De Niro y Gordon contaron con el diseño y arquitectura del reconocido arquitecto Bjarke Ingels, autor de la casa de Lego de Copenhague. Esta construcción es menos colorida, pero igual de imponente al estar tintada de una imponente sombra gris y negra revestida por una consecución de losas o paneles angulares de hormigón. El urbanista danés sucumbió a la propuesta nada más escuchar la idea de construir de los primeros estudios 3D o tridimensionales.
Asimismo, el gigante de Astoria cuenta con once salas de sonido, un taller de carpintería, vestidores, oficinas, 310 espacios de estacionamiento y una explanada frente al mar accesible al público. No obstante, un elemento que destaca sobre los demás, es la aplicación de ascensores de enormes magnitudes para poder transportar los recursos necesarios, a los que se accede gracias al sistema de aparcamiento diseñado por Teamsters.
Ahora, Nueva York, además de tener calles y fachadas míticas que te transportan con solo una mirada dentro de la pantalla, ha recuperado su título de ‘ciudad de película’ gracias a Wildflower Studios y los otros dos estudios que también se ubican en Astoria, Kaufman y Silvercup.
«Las otras ciudades son buenas y he rodado en todas. Lo que pasa es que la mayoría de la gente preferiría estar en Nueva York, si pudiera» declaro Robert De Niro a Hollywood Reporter, quien también es cofundador del imperio Nobu y propietario del hotel Greenwich de Tribeca.