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China y el desafío de los estados deficientes les valen el Nobel de Economía a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson

Un trabajo conjunto que advierte sobre el peligro de dar por sentada la democracia y el desafío que representa China en la economía actual
Foto: Getty

La Real Academia Sueca de Ciencias ha decidido otorgar este pasado lunes el Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel 2024 a tres personalidades de la materia: Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson, en conjunto y «por sus estudios sobre cómo se forman las instituciones y cómo afectan la prosperidad».

Destacando la importancia de las instituciones sociales para la prosperidad de un país y desgranando la importancia sobre las sociedades en un Estado de derecho deficiente, los galardonados de este año han recalcado que aquellas que explotan a la población «no generan crecimiento ni cambios para mejor».

Más concretamente, los trabajos respectivos de Acemoglu, Johnson y A. Robinson han demostrado que una de las explicaciones de las diferencias en la prosperidad de los países «son las instituciones sociales que se introdujeron durante la colonización», que para la Academia es una razón importante vinculada a las colonias y por qué una vez fueron ricas con el detrimento consecuente en la actualidad.

Mientras que Acemoglu es profesor de orígen turco en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.), el británico Simon Johnson y el estadounidense James A. Robinson son docentes independientes y por la Universidad de Chicago, respectivamente. Este último, además, publicó junto a Acemoglu en 2012 el influyente libro Por qué fracasan los países: Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza.

«Algunos países quedan atrapados en una situación de instituciones extractivas y bajo crecimiento económico. La introducción de instituciones inclusivas crearía beneficios a largo plazo para todos, pero las instituciones extractivas proporcionan ganancias a corto plazo para las personas en el poder», explica el trabajo conjunto. Así pues, reducir las enormes diferencias de ingresos entre los países figura como «uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo»; «los galardonados han demostrado la importancia de las instituciones sociales para lograrlo», ha dicho el presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas, Jakob Svensson.

El Nobel de Economía no forma parte del legado de Alfred Nobel, ya que fue establecido en 1968 por el Riksbanken, el banco central sueco, coincidiendo con el 300 aniversario de la entidad, y fue concedido por primera vez en 1969, distinguiendo al noruego Ragnar Frisch y al holandés Jan Tinbergen.

Como resultado de este reconocimiento, recibirán un premio cuyo importe completo asciende a un total de 11 millones de coronas suecas (unos 969.140 euros).

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