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Manual de YSL Beauty: Cómo las marcas pueden comprometerse mejor en temas sociales

La asociación de la marca con influyentes líderes de opinión explora nuevas formas de implicar a los hombres en la lucha contra la violencia de pareja.

YSL Beauty se ha asociado con influyentes líderes de opinión en un documento que explora nuevas formas de implicar a los hombres en la lucha contra la violencia de pareja. La iniciativa con el cofundador de la White Ribbon Campaign, el Dr. Michael Kaufman, y el director ejecutivo de Equimundo, el Dr. Gary Barker, marca el último paso en el programa global Abuse is Not Love de la marca de L’Oréal lanzado en noviembre de 2020.

«Luchar por la liberación y la independencia de las mujeres siempre ha formado parte del ADN de la marca», afirma Juleah Love, directora global de Compromiso Corporativo de Marca de YSL Beauty, que ha encabezado el programa desde sus inicios.

Describe cómo el fundador de la firma fue el primer diseñador que creó un esmoquin –Le Smoking– para mujeres. «El Sr. Saint Laurent quería ver a las mujeres empoderadas, liberadas y viviendo la vida».

«Queríamos continuar y honrar su espíritu contribuyendo a la transformación de nuestra propia época», dijo. «La violencia de género es una de las principales cosas que impiden a las mujeres ser liberadas e independientes».

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi un tercio de las mujeres de entre 15 y 49 años que han mantenido una relación han sufrido violencia de pareja.

El maltrato no es amor: los pilares

El enfoque de la campaña, dirigido a la búsqueda de soluciones, consta de cuatro pilares principales, orientados a concienciar sobre el problema para provocar cambios tanto a escala mundial como local. La clave, según Love, era desestigmatizar el tema de los malos tratos y hacerlo fácilmente digerible, con el apoyo de recursos accesibles.

Los pilares son la formación y educación internas, el apoyo a las ONG locales, el apoyo al liderazgo de pensamiento y la educación del público.

YSL Beauty ya ha formado al 100% de sus equipos –unas 9.000 personas en todo el mundo– con políticas de recursos humanos localizadas en sus 37 mercados, que incluyen mecanismos de seguridad en el lugar de trabajo y cuestiones más mundanas como dar tiempo libre para buscar un nuevo apartamento o abrir una nueva cuenta bancaria. Era importante empezar el proceso educativo desde dentro, dice Love, porque en la medida en que una de cada tres mujeres sufrirá violencia de género a lo largo de su vida, estadísticamente los propios empleados se verán afectados.

Abuse is Not Love también apoya a ONG locales en treinta mercados de todo el mundo. En Francia, por ejemplo, colabora con En avant toute(s), un grupo que promueve la igualdad entre mujeres y hombres y lucha contra la violencia de género y la violencia contra las personas LGBTQIA+. En concreto, ha financiado el desarrollo del servicio de chat anónimo en línea del grupo, que ha pasado de unas pocas horas al día a los siete días de la semana. En el Reino Unido colabora con Women’s Aid financiando a jóvenes educadores para las escuelas y un conjunto de herramientas de ámbito nacional para las instituciones.

El sitio web dedicado, Abuse is Not Love, informa sobre el programa con vídeos de embajadores como Zoe Kravitz, además de una formación integrada de quince minutos sobre las señales de advertencia de una relación abusiva, ya sea física o psicológica. También proporciona enlaces a las organizaciones locales antes mencionadas y ha formado o apoyado a más de 911.000 personas en todo el mundo. Para 2030, el objetivo es formar a dos millones de personas.

Liderazgo intelectual

La idea, según Love, es ayudar a colmar lagunas específicas en la investigación. El primer artículo, publicado en The Harvard Business Review, describía cómo la violencia de género es un problema en el lugar de trabajo, mientras que el segundo se centraba en la comprensión de las relaciones abusivas dentro de la comunidad LGBTQ+.

Dado que la abrumadora carga de la violencia de género recae sobre las mujeres, este último trabajo de Kaufman y Barker se centra en formas pragmáticas de implicar a los hombres jóvenes y adultos en esta cuestión.

Los enfoques programáticos e interseccionales, dicen los expertos, incluyen la educación en grupo y las líneas directas, la reforma legal, la formación de policías y jueces, la investigación, los programas de intervención con hombres que ejercen la violencia, junto con amplios esfuerzos de defensa. También se considera esencial la «transformación de la paternidad» o la igualdad parental, como la ampliación del permiso parental a los padres, junto con el asesoramiento de mentores.

Todas estas medidas tienen el potencial tanto de llegar a los hombres individualmente como de influir en la cultura de las instituciones, especialmente cuando éstas abarcan múltiples culturas, orientaciones sexuales, religiones, identidades de género, clases económicas y experiencias individuales.

El objetivo primordial es cuestionar las creencias sexistas subyacentes que pueden engendrar violencia, al tiempo que se reconocen las vulnerabilidades y los problemas de salud que pueden actuar como desencadenantes de actos individuales.

Aunque apoyan la denuncia de la violencia, coinciden en que «llamar a todos los hombres» –mediante iniciativas de alianzas dentro de las organizaciones, la colaboración y la responsabilidad individual– es la forma de promover el cambio.

Lo esencial

Más allá de las campañas mediáticas y los recursos, YSL Beauty ha aportado más de 4,25 millones de dólares en financiación directa desde el inicio del programa hasta finales de 2023. «Las marcas tienen la responsabilidad de utilizar su plataforma para abordar cuestiones sociales», dice Love, señalando que los consumidores de belleza son tradicionalmente un grupo demográfico muy comprometido.

Otros grupos y firmas de belleza notables que despliegan programas corporativos de impacto social son Estée Lauder y NYX. La Campaña contra el Cáncer de Mama de Estée Lauder Companies se fundó en 1992 con el lanzamiento de su Lazo Rosa, que apoya a organizaciones de todo el mundo, mientras que NYX Cosmetics, del grupo L’Oréal, apoya a organizaciones mundiales LGBTQIA+ como el Centro LGBT de Los Ángeles y MAG Jeunes LGBT+ en Francia.

«Las marcas se están convirtiendo en algo más que meros actores económicos. Forman parte de una sociedad en evolución», concluye Love.