Las grandes fortunas españolas están encontrando en el private equity un refugio seguro para sus activos financieros, especialmente frente a las recientes subidas de impuestos. En el último año, se ha observado un aumento histórico en la creación de sociedades de capital riesgo en España, impulsado por las bancas privadas y los family offices que han animado a sus clientes más ricos a invertir en estas sociedades. Esta estrategia no solo busca reducir la factura fiscal tras la introducción del impuesto de solidaridad por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, sino que también se presenta como una alternativa viable ante la disminución del uso de las Sicav.
En 2023, se registraron en España 117 nuevas sociedades de capital riesgo, alcanzando un total de 423 al finalizar el año. Hasta la fecha, en 2024, se han sumado 45 más, llegando a un total de 468, según datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Este incremento del 51% en la creación de estas sociedades en el último año y medio destaca su creciente popularidad. De hecho, en 2022, ya se habían registrado 84 nuevas sociedades, lo que hace un total de 225 nuevas entidades en los últimos dos años y medio, comparado con las 231 existentes previamente.
La creciente popularidad de las sociedades de capital riesgo coincide con la implementación del impuesto de solidaridad para grandes fortunas, diseñado por el Ministerio de Hacienda. Para aprovechar los beneficios fiscales de estas sociedades y reducir el impacto del nuevo tributo, las inversiones deben superar el 5% del capital de la sociedad. Jauma Alarcón, socio especializado en derecho fiscal de Andersen, explica que las inversiones que cumplen con el 60% del coeficiente obligatorio de inversión pueden considerarse parte de una actividad económica y estar exentas de impuestos. Además, esta exención solo se aplica a las inversiones en sociedades de capital riesgo y no en fondos de private equity, lo que ha fomentado la creación de nuevas firmas en lugar de simples aportaciones a fondos.
El capital mínimo necesario para establecer una sociedad de este tipo es de 1,2 millones de euros, lo que excluye a los inversores minoristas. Además del impuesto a las grandes fortunas, otro factor que ha impulsado la creación de estas sociedades es el cambio en la regulación fiscal de las Sicav. En 2022, el Gobierno endureció las condiciones para que las Sicav se beneficiaran de una tributación reducida, lo que ha llevado a una disminución del 80% en su número, pasando de 2.307 en 2021 a solo 498 en la actualidad.
La tendencia de aumento en la creación de sociedades de capital riesgo no muestra signos de desaceleración. En el sector financiero se espera que 2024 continúe estableciendo nuevos récords en la formación de estas entidades. Según la CNMV, a mediados de 2024 ya se han registrado 468 firmas, y desde principios de 2023 se han creado 162 nuevas sociedades de capital riesgo en España, consolidando esta forma de inversión como un refugio frente a las incertidumbres fiscales y económicas.