El rapero Kanye West ha rebajado catorce millones de dólares el precio de venta de una propiedad abandonada en Malibú –que compró por la friolera de 57,3 millones de dólares en 2021–, completamente destruida, y que ahora intenta vender sin ventanas, puertas, acabados interiores ni sistemas completos de fontanería, electricidad y aire acondicionado.
West ha estado tratando de deshacerse de la casa de 4.000 pies cuadrados, con la ayuda del famoso agente de «Selling Sunset» Jason Oppenheim, durante casi cinco meses y recientemente bajó el precio de venta a 39 millones de dólares, un 26% menos de su precio de venta original de 53 millones de dólares y un 32% menos de lo que pagó por ella.
Poco después de comprar la casa diseñada por Tadao Ando en 2021, West arrancó todos los muebles y accesorios, tiró las ventanas, quitó las puertas y parecía estar preparándose para una amplia renovación.
West, cuyo nombre legal es ahora Ye, al parecer cerró su empresa de construcción, Yeezy Construction, Inc. en noviembre, no parece haber tocado la casa en más de un año y ahora puede añadir problemas para vender el edificio a una letanía de otras controversias y puntos débiles financieros que han surgido del proyecto.
El artista pagó al diseñador de bicicletas Richard Sachs 57,3 millones de dólares por la mansión en un acuerdo fuera del mercado en 2021, según Architectural Digest, bastante menos que los 75 millones por los que se cotizó en 2020 (West era considerado multimillonario en ese momento, pero el año pasado cayó de la lista de Forbes y ahora tiene un patrimonio neto de unos 400 millones).
En 2022, West contrató a los contratistas y comenzó la renovación, pero no pasó ni un año antes de que surgieran informes de que la casa –completamente abierta por un lado desde que se quitaron las ventanas– había caído en mal estado, y los vecinos dijeron a TMZ que no habían «visto a nadie alrededor durante muchos meses» y que la casa había sido «abandonada a la putrefacción».
«Lo que falta son los interiores», dijo Oppenheim a Hollywood Reporter, añadiendo que un nuevo propietario tendría que gastar varios millones de dólares para rehacer la casa. «Su precio refleja la necesidad de sustituir los acabados interiores. Lo positivo es que se puede adecuar a los estándares de 2024: se construyó hace unos diez años».
Se utilizaron 1.200 toneladas de hormigón, el material emblemático del arquitecto Ando, para construir la casa en 2013. También 200 toneladas de acero con doce pilones excavados a sesenta pies de profundidad para anclar el armazón.
En septiembre pasado, el contratista Tony Saxon demandó al rapero, diciendo que fue obligado a trabajar 16 horas al día, tuvo que dormir en el suelo o en la propiedad y fue despedido por plantear dudas sobre los planes para el sistema eléctrico de la casa sin que se le pagara más de un millón de dólares que se le debe; West ha negado las acusaciones.
En enero, los abogados de Saxon impusieron un embargo sobre la casa que no permitirá su venta sin que el comprador salde antes las deudas contraídas con Saxon.
«El arquitecto favorito de Hollywood»
Ando ha sido llamado «el arquitecto favorito de Hollywood» y varios famosos han desembolsado cientos de millones de dólares por sus propiedades.
Jay-Z y Beyoncé se gastaron el año pasado 200 millones de dólares en una mansión de Ando en Malibú, batiendo así el récord de precios de California. La casa, que ocupa 2,5 hectáreas y tiene 40.000 metros cuadrados, tardó quince años en planificarse y construirse, y fue un encargo de Bill y Maria Bell, coleccionistas de arte que saltaron a la fama como creadores de la telenovela The Young and the Restless.
El diseñador de moda Tom Ford vivió en una extensa propiedad de Nuevo México con una casa de hormigón y una instalación ecuestre diseñada por Ando hasta que la vendió en 2021 (el precio de venta bajó de 75 a 48 millones de dólares antes de venderse por una suma no revelada).
Además, se dice que Kim Kardashian está trabajando con Ando en una mansión en La Quinta, California.
La mayoría de las obras más famosas de Ando se encuentran en Japón, como la Iglesia de la Luz, construida en 1989, la Colina del Buda (2015) y el Museo de Arte Chichu (2004).
West compró la mansión en 2021
La noticia de que West había comprado la mansión de Malibú se conoció a finales de septiembre de 2021, ocho meses después de que su ahora exmujer, Kim Kardashian, solicitara el divorcio. En ese momento, West era multimillonario.
West debutó en la lista de multimillonarios de Forbes en 2020 con un patrimonio neto estimado de mil millones de dólares, en gran parte gracias a su lucrativa asociación Yeezy con Adidas, y se estimaba que su fortuna se situaba en 1.800 millones en 2021 y 2.000 millones en 2022.
En noviembre de 2022, el divorcio de West y Kardashian finalizó y Kanye recibió la orden de pagar a su exmujer 200.000 dólares al mes en concepto de manutención, además de la mitad de los gastos educativos y de seguridad de sus cuatro hijos.
Fue poco antes de finalizar el divorcio, en octubre de 2022, cuando el extraño comportamiento racista y antisemita de West empezó a empañar su imagen pública (y a erosionar su patrimonio neto).
También ese mes de octubre, West lució una camiseta con la leyenda White Lives Matter (Las vidas blancas importan) en un desfile de moda en París, y Vice publicó clips inéditos de una entrevista con Tucker Carlson, de Fox News, en la que el rapero hacía declaraciones intolerantes sobre los judíos y difundía extravagantes teorías conspirativas.
Después, West fue suspendido brevemente de Twitter por amenazar a los judíos, decir a Chris Cuomo que el hecho de que los negros firmaran con «discográficas judías» era una forma de «esclavitud moderna», y surgieron informes sobre sus comentarios a favor de Hitler y de los nazis.
Las marcas empezaron a cortar lazos con él en octubre de 2022 –Balenciaga fue la primera– y así siguió el fin de su asociación de marca con Adidas.
Además, otras empresas como Gap y Foot Locker también terminaron acuerdos, su figura de cera fue retirada de Madame Tussauds, la Escuela del Instituto de Arte de Chicago revocó su doctorado honorario y el grupo de vigilancia StopAntisemitism lo nombró el «Antisemita del Año». Cayó de la lista de multimillonarios en 2023.