El grupo mercenario Wagner pasó de ayudar a la invasión rusa de Ucrania a rebelarse brevemente contra el presidente Vladimir Putin este fin de semana, un cambio drástico después de que el grupo y su propietario –el oligarca Yevgeny Prigozhin– acumularan poder y, según se informa, ganaran cientos de millones de dólares asegurándose contratos del gobierno ruso, sacando provecho de los recursos naturales de otras naciones y respaldando regímenes inestables.
El Grupo Wagner ha ofrecido servicios de seguridad a decenas de países africanos y de Oriente Medio débiles y devastados por la guerra, y empresas presuntamente vinculadas a Prigozhin generaron 250 millones de dólares a partir de recursos naturales de esas naciones en los cuatro años anteriores a la invasión rusa de Ucrania, según reveló una investigación el Financial Times.
Siria: Al parecer, Wagner ha ayudado al presidente Bashar al Assad, aliado de Rusia, a luchar contra grupos rebeldes y el Estado Islámico, y a empresas petroleras vinculadas a Prigozhin, como Evro Polis, se les ofreció un 25% de cualquier ganancia de los yacimientos de petróleo y gas que el grupo liberara del control del Estado Islámico (o ISIS), según informaron Associated Press y el U.S. Treasury Department en 2018.
Evro Polis generó 134 millones de dólares en ventas brutas y 90 millones en ganancias solo en 2020 por recapturar campos petroleros de ISIS durante la Guerra Civil Siria, descubrió el Financial Times, a pesar de que la compañía había sido sancionada por Estados Unidos años antes.
República Centroafricana: A cambio de proporcionar mercenarios para apuntalar al gobierno y detener un golpe de Estado contra el líder autocrático del país, empresas vinculadas a Wagner supuestamente mantienen un control sustancial sobre la minería de oro y diamantes en el país, así como los derechos forestales.
Aunque las estimaciones varían, los ingresos en la República Centroafricana son considerables: un telegrama diplomático obtenido por Politico a principios de este año sugería que los beneficios mineros de Wagner podrían rondar los mil millones de dólares, mientras que la CBS calculaba que las empresas forestales relacionadas con Wagner aportaban unos ingresos de casi mil millones de dólares y que una mina de oro podría generar hasta 2.700 millones de dólares.
Victoria Nuland, la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, dijo al Congreso a principios de este año que la minería de oro en países como la República Centroafricana y Malí «financia directamente el combate que [los combatientes del grupo Wagner] libran en Ucrania.»
«Los rusos lo controlan todo», declaró Abdoul Aziz Sali, economista minero de la República Centroafricana, al New York Times a finales del año pasado. «Son arrogantes y violentos. Cuando vienen a una reunión, ni siquiera se sientan».
Sudán: Prigozhin lleva a cabo actividades similares con derechos de extracción de oro a través de una empresa que presuntamente controla llamada M Invest. En un momento dado, bajo el mandato del exdictador Omar al-Bashir, el gobierno sudanés renunció a su derecho a poseer el 30% de una filial de M Invest, según el Organized Crime and Corruption Reporting Project.
Aunque al-Bashir ya no está en el poder, una filial de M Invest, propiedad de Prigozhin, sigue dirigiendo una planta de procesamiento de oro sudanesa, según informó el New York Times, y grupos rusos son responsables de la mayor parte de un mercado de contrabando que sacó de Sudán oro por valor de 1.900 millones de dólares en 2021, según informó la CNN (Prigozhin niega tener vínculos con la empresa minera).
Rusia: Prigozhin se inició en la industria de la restauración de su país natal, por lo que, además de los contratos mercenarios extranjeros y los derechos minerales, las entidades vinculadas a Prigozhin reciben dinero de «contratos inflados del gobierno ruso», según un reciente informe del gobierno del Reino Unido.
Las empresas dirigidas por Prigozhin recibieron al menos 3.000 millones de dólares entre 2011 y 2019 en contratos del gobierno ruso que decían ser de restauración, informa Current Time, un medio de noticias respaldado por el gobierno de Estados Unidos.
Preocupación en Estados Unidos
Debido al fuerte control que ejerce el Grupo Wagner sobre varios países ricos en recursos, el gobierno estadounidense está preocupado por la posible invasión futura del grupo dirigido por Prigozhin.
El Wall Street Journal informó de que a Estados Unidos le preocupa especialmente que el grupo intente acceder al petróleo libio, ya que sigue activo en el país asolado por el conflicto, y documentos filtrados del gobierno estadounidense muestran que Wagner está interesado en conseguir un contrato con el gobierno haitiano para reprimir a las bandas.
Rebelión de Wagner
Prigozhin encabezó el viernes una rebelión armada del Grupo Wagner, tras acusar al ejército ruso de atacar uno de los campamentos del grupo.
El grupo Wagner –que había luchado junto a las tropas rusas en Ucrania– reclamó posteriormente el control de instalaciones militares en las ciudades rusas de Voronezh y Rostov.
Los combatientes marcharon hacia Moscú, pero antes de llegar a la capital, Prigozhin y Putin acordaron detener la rebelión. Los términos del acuerdo establecían que Prigozhin se trasladaría a Bielorrusia y que nadie implicado en la rebelión armada se enfrentaría a cargos, según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. El domingo, las tropas de Wagner comenzaron a retirarse de Rostov y Voronezh.
La rebelión se produjo tras meses de disputas entre Prigozhin y los líderes militares rusos, a los que acusó de gestionar mal la invasión de Ucrania y de privar de suministros a las fuerzas de Wagner.
Poder desde los años 90
El poderoso papel de Prigozhin en Rusia comenzó cuando le presentaron a Putin en la década de 1990.
Exconvicto reconvertido en restaurador, Prigozhin llegó a ser conocido como «el chef de Putin» por su negocio de catering, que le valió contratos con el Gobierno, lo que propició una estrecha relación con Putin.
En 2014, Prigozhin fundó la empresa de mercenarios Grupo Wagner, aunque negó repetidamente ser el propietario del grupo hasta el año pasado y ha negado con frecuencia cualquier conexión con negocios de minerales africanos.
El grupo, que incluye un ejército de más de 25.000 personas, supuestamente ayudó a Moscú durante la anexión de Crimea en 2014 y buscó contratos con gobiernos africanos por razones comerciales y geopolíticas.
Asimismo, el grupo ha estado muy implicado en la invasión rusa de Ucrania, incluido el reclutamiento de presos de cárceles rusas para luchar en la guerra.
A lo largo de los años –mientras ganaba millones–, el Grupo Wagner ha sido acusado de numerosas violaciones de los derechos humanos, como asesinatos, torturas y violaciones, en muchos de los países de África y Oriente Medio en los que dispone de recursos naturales.
Designada organización delictiva transnacional
A principios de este año, el U.S. Treasury Department designó al Grupo Wagner como organización criminal transnacional, un intento de sancionar aún más a la empresa militar privada y limitar su capacidad para realizar negocios en todo el mundo.
El grupo se ha enfrentado a otras sanciones, incluidas algunas contra sus propios miembros individuales, así como contra la entidad en su conjunto.
Las empresas extranjeras que comercian con entidades sancionadas como el Grupo Wagner pueden ser despojadas de sus derechos a utilizar el dólar estadounidense o el sistema financiero de Estados Unidos, aunque las empresas vinculadas a Prigozhin han mantenido supuestamente vivos sus negocios a través de una complicada red de empresas.
Prigozhin también es responsable de financiar la Internet Research Agency, una «granja de trolls» a la que se culpó de interferir en las elecciones presidenciales de 2016. La compañía acabó admitiendo la injerencia electoral tras ser acusado por fiscales federales en 2018.