Ser un referente internacional en urbanismo sostenible y respetuoso con el patrimonio arquitectónico de Vallcarca y paisajístico del Parc del Garraf. Este es el objetivo de la propuesta que recientemente han presentado FCC y OUA Group ante el Ayuntamiento de Sitges y la Generalitat: se trata de un proyecto que supone la transformación de la antigua fábrica de cemento y de todo el frente marítimo (se recuperaría la playa y se transformaría el puerto, hoy todavía ligado a la actividad cementera) en un nuevo hub tecnológico y audiovisual al sur de Barcelona.
«Es una oportunidad para el desarrollo económico no solo de Sitges, sino también de la comarca, del país e incluso de Europa», apuntaban la alcaldesa de Sitges y Francesc Sutrias, secretario de Territorio, Urbanismo y Agenda Urbana. Y es que el plan del referente mundial en servicios ciudadanos y el estudio de arquitectura catalán pasa por la implantación especializada de industrias vinculadas al sector audiovisual, tecnológico y formativo.
Una oportunidad de regeneración integral sostenible
La regeneración de la antigua Colonia Industrial de Vallcarca pretende convertir la zona en un distrito tecnológico de alto nivel impulsado por la innovación. A imagen y semejanza de los distritos de innovación europeos (basados en la mezcla de usos productivos, residenciales, comerciales y con equipamientos públicos culturales, educativos, deportivos y de ocio), la idea es crear a lo largo de la riera, recuperada ecológicamente, un nuevo parque fluvial que descienda desde la montaña hasta su encuentro con el mar, donde se configuraría un nuevo puerto con usos productivos y educativos y playa. Así, el proyecto se integraría de forma natural en el paisaje del Parque del Garraf y se respetaría en todo momento tanto el medio ambiente como el patrimonio cultural e histórico.
El nuevo hub tecnológico ocuparía solo en torno a 16 hectáreas (un 20% serían zona verde) del suelo urbano industrial actual, que comprende una superficie total de 49 hectáreas (20 de ellas dedicadas a la actividad cementera, aún en funcionamiento). La superficie restante pasaría a ser parte del Parc del Garraf y de infraestructuras. Y sería el nuevo motor económico de la comarca, además de un referente en el Área Metropolitana de Barcelona: supondría la transformación de la superficie ocupada por la industria en actividades intensivas en conocimiento e innovación; liberaría de presión a Barcelona con un nuevo núcleo de actividad económica al sur de la ciudad, en el Garraf; conectaría con los principales núcleos urbanos y de actividad económica; y promocionaría la identidad y el sentido de pertenencia mediante la puesta en valor del entorno natural, el patrimonio industrial y la memoria del lugar.
En definitiva, hablamos de un nuevo modelo productivo (cimentado en la economía del conocimiento y la innovación) que desarrolla un prototipo urbano y sostenible basado en la transición ecológica. Todo, con el fin de conseguir un distrito de innovación de referencia mundial.