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Liz Truss dimite como primera ministra de Reino Unido

La política británica, que fue elegida para sustituir a Boris Johnson como líder del Partido Conservador y primera ministra del Reino Unido el pasado mes de septiembre, permanecerá en el cargo hasta que se designe un sucesor.
Liz Truss, primera ministra de Reino Unido. (Foto: gov.uk)

Liz Truss ha anunciado su dimisión como primera ministra de Reino Unido, una decisión que ya ha notificado al rey Carlos III, aunque permanecerá al frente del Gobierno hasta que se elija a un sustituto.

«Es la mejor decisión para mantener a Reino Unido en una condición económica estable», ha asegurado la política británica durante sus declaraciones ante Downing Street poco más de un mes después de ser elegida para sustituir a Boris Johnson.

Truss ha vivido una última jornada «difícil», como han admitido fuentes de Downing Street a los principales medios y recoge Europa Press. Al menos 17 diputados han pedido que dimita por el caos político de estas semanas, marcado por el desmantelamiento prácticamente total del programa fiscal que anunció el Ejecutivo en septiembre, según el recuento de Sky News.

Antes de comparecer ante los medios, la ‘premier’ se ha reunido en Downing Street con su número dos, Therese Coffey, considerada su principal aliada dentro del Gobierno, y también con el responsable del comité ‘tory’ que puede promover una moción de censura contra ella, Graham Brady.

La primera ministra más breve del país

Liz Truss fue elegida para sustituir a Boris Johnson como líder del Partido Conservador y primera ministra del Reino Unido a principios del pasado mes de septiembre, lo que se suponía que marcaba el punto álgido de su carrera política.

Desde que entró en el Parlamento en 2010, Truss ha ascendido rápidamente en el escalafón político y ha ocupado varios puestos en el gabinete de los anteriores líderes David Cameron, Theresa May y Boris Johnson, incluido su actual cargo de ministra de Asuntos Exteriores.

En la campaña electoral, la política británica prometió hacer cambios económicos radicales si resultaba elegida, incluyendo la reducción de impuestos y la supresión de gravámenes energéticos. Además, descartaba la creación de nuevos impuestos o el uso de «dádivas» para hacer frente a la crisis del coste de la vida.

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