La llegada de los líderes de la OTAN a Madrid no sólo ha paralizado el ir y venir de muchos rincones de la ciudad, también las cocinas de algunos de sus restaurantes más reseñables. Toda visita trae consigo una inmersión en su cultura culinaria y la visita de líderes como los Macron y los Johnson, no podía ser menos. Han sido muchas las especulaciones en torno a donde se sentarían algunos de los líderes de estado más señalados del mundo, que si Smoked Room o Leña, Desde 1911, Dessa, ahora que acaba de quedarse huérfano de jefe de cocina por segunda vez…
No ha sido gran sorpresa encontrarse con cierto secretismo por querer mantener la confidencialidad, pero el programa se hizo público y se desvelaron dos de las localizaciones que harían de anfitrionas para los protagonistas de la semana: el Palacio Real, donde tuvo lugar la cena de anoche, y el Museo del Prado, que se vestirá de gala esta noche para recibirles. Entre cena y cena se cuela alguna que otra parada para almorzar, como la de la primera dama de Estados Unidos que se dejó seducir por la cocina del Qüenco de Pepa.
La Casa Blanca y la despensa de Madrid
“Por supuesto, no faltarán los tomates del huerto de Pepa”, ha apuntado para TAPAS Mila Nieto, la pareja de la cocinera Pepa Muñoz, al frente del Quenco de Pepa, al preguntarle por el menú. No estaba claro cuándo ni dónde cocinaría la chef al frente de la delegación de World Central Kitchen en Madrid, así que no ha dejado de ser una sorpresa ver a la primera dama de Estados Unidos finalizar su comida en el restaurante Madrileño con un abrazo a Pepa.
El Qüenco de Pepa, ubicado en pleno barrio de Chamartín, es un local que no deja de estar de moda entre políticos y famosos. Destaca por su cocina nacional con toques creativos y el gran culto al producto, es conocido por la gran calidad de sus ingredientes.
Y por supuesto, ha habido tomates. -son exclusivos y los venden en una tienda propia- tienen la fama de ser los mejores de Madrid, llegando a pesar hasta 2,5 kilos.
Alta cocina en el Palacio Real
Por la noche –a decir más bien tarde, ya que la cena comenzó a las 19:30–el escenario cambió. Los líderes acudieron al Palacio Real junto a los Reyes para deleitarse con una cena conducida por el chef Paco Roncero, galardonado con dos estrellas Michelin, tres soles Repsol y premio Nacional de Gastronomía 2006. Un menú de excepción compuesto por 13 entrantes, un principal y un postre, con guiños a la cocina mediterránea por todas partes, que se ha servido alrededor de la mesa imperial para 60 comensales, sin contar las bajas de última hora.
Previo a la cena, se ha servido un cóctel: ha estado compuesto por aceituna esférica, brioche de atún rojo a la mostaza antigua, ceviche de corvina con leche de tigre, air bag de picaña, bogavante con sopa de aceite y pomelo rosa, tortilla de camarón, sardina marinada con salsa romescu, taco de ternera glaseada, gilda de salmón ahumado, croqueta de gamba al ajillo, kikos con guacamole, buñuelo de bacalao y gazpacho al aceite de albahaca.
El plato principal que se ha servido a los invitados ha sido merluza con salsa menier, tapioca y huevas de trucha, mientras que para el postre Roncero, al frente del restaurante La Terraza del Casino y ahora desvinculado de Mom Culinary Institute, como anunciaba este lunes, ha preparado espuma de coco con granizado de menta y fruta de la pasión. Para beber: vino blanco, tinto y cava.
El Prado acogerá la segunda cena
Esta noche la cena tendrá lugar en el Museo del Prado y correrá a cargo del chef José Andrés. El líder de la ONG World Central Kitchen, Premio Princesa de Asturias de la Concordia, que ha sido cara visible de la exitosa campaña de Alimentos de España, rendirá homenaje a la despensa nacional, poniendo en valor la importancia de la solidaridad y el activismo.