El desabastecimiento de determinados productos es un hecho. El problema surge por la pandemia. Los confinamientos provocaron una menor demanda y una reducción de la actividad industrial. Tras este parón, al reactivarse la economía gracias a un consumo concentrado se ha generado el actual cuello de botella en la cadena global de suministros. El tráfico marítimo mundial está colapsado y los precios de los fletes se han multiplicado por diez, según el índice Drewry.
Pablo Gil, estratega jefe de XTB, explica que en esta situación actual es determinante el exceso de demanda no atendida, un 20% superior a la prepandemia: «Esto ha sido fomentado por unas políticas monetarias y fiscales que han estado inyectando dinero y generando deuda a tipos de interés cero, existe una tasa de ahorro entre los estadounidenses y europeos que en otras circunstancias no se habría dado».
Para Gil, el problema no es sólo la ausencia del producto sino lo que tarda en llegar. Si a una empresa le cuesta más producir, o pierde rentabilidad o lo transmite a los precios finales. En España, los costes de producción han aumentado en 2021 un 31% respecto al año anterior y la inflación es un 5,4%, por lo que parte de esa subida la están asumiendo las empresas.
Alicia García, analista jefe para Asia-Pacífico del banco de inversión Natixis, dice que hay que analizar por qué la oferta no ha aumentado tan rápido como la demanda. China es el centro de las cadenas globales de valor con el 15% de las exportaciones de manufacturas mundiales y más del 30% de bienes intermedios. «Las fuertes restricciones en movilidad externa retrasan y encarecen el transporte aeroportuario«.
Este colapso afecta a un gran número de sectores y productos. Los repasamos:
Distribución
Desde la Asociación Nacional Grandes de Empresas de Distribución (ANGED), con empresas como MediaMarkt, El Corte Inglés, Alcampo, Carrefour, Ikea o Costco, consideran garantizado el suministro de cara a Navidad. «Estas campañas se planifican con mucha antelación y precisión, como en el caso de los juguetes».
Samuel González, director Comercial de MediaMarkt Iberia, «tenemos una de las más amplias ofertas del mercado en electrónica de consumo y, aunque de forma puntual no haya stock de un producto concreto, disponemos de productos de la misma gama con características similares».
Chips y productos informáticos
Cualquier aparato que cuente con un chip, está en la lista de productos susceptibles de sufrir retrasos. Para Chris Gehlen, CEO de Neutroon, start up de productos para securizar los datos de las conexiones móviles, la menor capacidad las fábricas, el lento traslado de inversiones y la mayor digitalización hacen que los plazos de entrega sean un 50% más largos y que nadie los cumpla. «La flexibilidad y la agilidad serán cada vez más importantes», afirma Gehlen, quien prevé que la situación mejore en segundo semestre de 2022 con bajada precios por sobreoferta.
Tarjetas gráficas
El teletrabajo y la educación a distancia, acabaron con todo el stock disponible de tarjetas gráficas. En PcComponentes reciben menos del 5% de las tarjetas necesarias y lo hacen en medio de una demanda excepcional de tarjetas para minar (generar) bitcoin. También lidian con nuevas formas de guerras comerciales. «Hemos sufrido ataques de bots, en el momento de la compra, el pedido se asignaba a estos robots automatizados frente a un cliente en apenas segundos», explican.
Ordenadores
«Los equipos ya fabricados o que se tienen que fabricar en el mercado asiático llegan con cuentagotas», explica Ruben Sans, CEO de Elstir empresa dedicada a crear centros de datos Cloud y servicios IT, que ha logrado mantener su suministro a clientes. «Nos estamos abasteciendo de las fábricas en Polonia cuando antes encargamos a China». Otra cosa son los precios. «Hemos asumido costes con rentabilidades muy bajas o nulas».
Perfumería y cosmética
Según la Asociación Española de Perfumería y Cosmética (Stanpa), esta industria se está viendo muy afectada por la escasez de materiales como vidrio o aluminio -muy utilizado para la fabricación de válvulas- que están generando roturas de stock de mayor o menor relevancia. Aunque las empresas del sector confían en su rigurosa planificación y prevén superar las ventas de 2019.
Papel
La industria del papel mantiene un alto nivel de actividad, gracias fundamentalmente a su carácter de sector esencial y a su localidad. Según Carlos Reinoso de ASPAPEL, en este año 2021 el sector está registrando una fuerte actividad, el 97% de la madera para papel procede de plantaciones españolas y el 71% del papel para reciclar de la recogida realizada en nuestro país.
Alimentación y bebidas
«Esta situación puede suponer un riesgo para las empresas y el empleo del sector, que todavía se encuentran en pleno proceso de recuperación tras la crisis provocada por la pandemia», dicen desde la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), que ha puesto de manifiesto su preocupación y ve prioritario garantizar el transporte y la logística nacional e internacional.
Bebidas espirituosas
Desde la Federación de Española de Espirituosos señalan que un buen número de empresas se están viendo negativamente afectadas y que sus líneas de producción y suministro no funcionan de forma regular, ya que se están detectando dificultades en el aprovisionamiento de botellas, cartones, aluminio y algunas de las materias primas necesarias para la destilación de alcohol. A esto se le une el encarecimiento de la energía y el post Brexit, que está siendo difícil de digerir especialmente en transporte y despachos en frontera.
Industria agroalimentaria
Por otro lado, desde ASAJA afirman que se está «produciendo en condiciones normales de volumen» por lo que no esperan que haya desabastecimiento, como tampoco lo hubo durante el confinamiento. Sin embargo, en un medio plazo, el encarecimiento de los costes de producción, por un lado, del gasóleo (+73%) y de la energía (+270%) y, por otro, del pienso (+30%), las semillas (+20%), plásticos de cultivo de invernadero (+46%) y los abonos (+48%), ponen en jaque la rentabilidad de las producciones. “Están cerrando dos explotaciones agrarias al día”, indican.
Automoción
La industria de automoción española fue la primera que notó el desabastecimiento. Según SERNAUTO, actualmente cuatro de cada diez proveedores afirman que tienen desabastecimiento de microchips, semiconductores y componentes electrónicos y en torno al 80% de las empresas han sufrido problemas de logística. El resultado, una caída en la producción en las factorías de un 37,9%, en octubre.
Raúl Morales, DirCom de Faconauto explica que los clientes han interiorizado que “tienen que esperar más de lo normal por su vehículo y se están animando a hacer su compra con normalidad”.
Construcción
La construcción ha visto cómo en seis meses el aumento de los precios de materiales equivale al de los últimos 13 años. Con subidas como la del acero corrugado (+78%), cobre (+102%), aluminio (+56%), petróleo (+106%) y mezclas bituminosas (+85%) se echan por tierra las previsiones de muchas empresas, no pueden asumir los sobrecostes. «No solo se ha consumido el margen presupuestado en las obras en curso, sino que a muchos les aboca a una pérdida de tal magnitud que hace inviable su ejecución», explica el presidente de SEOPAN, Julián Núñez.
Textil
Cerca del 100% de las industrias textiles gravemente afectadas por el incremento de los precios en energía, materias primas y transporte. Según el presidente del Consejo Intertextil Español (CIE), Manuel Díaz, es un nuevo revés después de la pandemia. «Será inevitable subir los precios y esto repercutirá negativamente en las economías familiares».
Medicamentos
Los medicamentos genéricos tienen una «amplia red de seguridad» que garantiza su disponibilidad. Esta industria, según Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, secretario general de AESEG, la patronal del sector, se ha visto obligada a multiplicar su esfuerzo de producción y perder rentabilidad, al tener precios de venta fijos las empresas asumen los sobrecostes.
Jennifer Bisceglie, CEO de Interos, firma norteamericana dedicada a optimizar la cadena de suministro y evitar disrupciones físicas y cibernéticas cree que la Inteligencia Artificial tiene la clave. «Esto es un problema de Big Data. Nuestras cadenas de suministro globales son muy complejas y los métodos tradicionales de gestión manual ya no funcionan».