La mayoría de los 9,9 millones de pensionistas que hay en España reciben su prestación en catorce pagas: una por cada mes y dos extras. La primera es la de verano y la segunda es la de Navidad, que se suele pagar en noviembre. Este año, el importe de la paga extra de noviembre ha sido de 10.017 millones de euros, lo que supone un incremento del 3,31% respecto a 2020.
Su importe medio es de 1.013 euros, un 2,17% más que en noviembre del año pasado. Esta paga extraordinaria la perciben todos excepto un colectivo que recibe su prestación en doce pagas, por lo que sus extras se prorratean. En este grupo se encuentran quienes reciben una pensión de incapacidad permanente derivada de un accidente de trabajo o enfermedad profesional. Si la incapacidad se debe a un accidente o a una enfermedad común, la prestación será de 14 pagas.
El sistema de 14 pagas se aplica a todos los pensionistas que no forman parte de este grupo, es decir, incluye a los que reciben una prestación por jubilación, viudedad, incapacidad permanente por accidente no laboral o enfermedad común. La Seguridad Social establece que el pago de las pensiones debe realizarse entre el primer día hábil y el cuarto día natural de cada mes; sin embargo, los beneficiarios suelen recibirla el día 25 de cada mes.
La cuantía de la paga extra de Navidad será igual a la mensualidad habitual que recibe cada pensionista. Esta cantidad depende del sistema utilizado por la Seguridad Social para calcularla, un método que sobre todo tiene en cuenta el número de años cotizados y la base reguladora de la pensión. La Seguridad Social dispone de un sistema para calcular la base reguladora de la pensión.
Pensiones e inflación
La paga extra de Navidad llega a las cuentas de los pensionistas apenas unos días antes de que se sepa exactamente cuánto subirán en 2022. El 15 de diciembre, el INE publicará el dato definitivo del IPC de 2021, una cifra que marcará cuánto ha subido la inflación y, por tanto, cuánto subirán las pensiones, que se revalorizan con la inflación media de los últimos 12 meses.
A partir del 1 de enero de 2022, se espera que suban un 2,5%, según la media del IPC de los últimos 12 meses y después de que esta semana se haya publicado el avance de la inflación de noviembre (5,6% interanual). Si se aplica esta subida del 2,5%, la pensión media aumentará en 25,9 euros al mes, pasando de 1.038 euros a 1.064 euros por catorce pagas.
En 2022 se aplicará por primera vez la nueva fórmula de actualización de las pensiones en función del IPC, acordada por el gobierno y los agentes sociales por recomendación del Pacto de Toledo. De este modo, las subidas anuales se ajustarán al dato medio de la inflación de los doce meses comprendidos entre diciembre y noviembre. El congreso aprobó esta semana la reforma de las pensiones que incluye, entre otros cambios, que se revaloricen anualmente en función del IPC.
El incremento de 2022 será significativamente superior al de 2021, cuando las pensiones contributivas subieron un 0,9%. Esto supuso un incremento de entre 2 y 11 euros al mes, según los Presupuestos Generales del Estado para 2021 Entonces, en noviembre de 2020, el IPC reflejaba una caída del -0,8%, una diferencia notable comparado con la subida del 5,6% interanual en noviembre de 2021, su nivel más elevado desde septiembre de 1992.
Vincular las pensiones al IPC en tiempos inflacionarios
La inflación no ha dejado de subir en todo el mundo durante 2021. En España, ha crecido de forma ininterrumpida desde marzo por la subida de los precios de los alimentos y, en menor medida, de los carburantes y lubricantes para vehículos, según el INE. Y justo esta subida en los precios se produce justo en el año en el que las pensiones se revalorizarán con el IPC.
Se calcula que la subida del 2,5% podría suponer unos 5.000 millones más para el gasto en pensiones el próximo año. El gobierno gastará un total de 152.583 millones de euros en pensiones —contributivas y no contributivas— según los presupuestos de 2022. Esa cifra representará el 33% de los 458.970 millones de euros presupuestados en 2022, lo que supone un aumento del 4,8% respecto a 2021.
La Unión Europea y el Banco de España han expresado su preocupación por la indexación de las pensiones al IPC, ya que aumenta el gasto sin centrarse en cómo mejorar la sostenibilidad del sistema de pensiones. Por su parte, la Autoridad Independiente de Responsabilidad (AIReF) estima que volver a utilizar el IPC para subir las pensiones supondrá un aumento del gasto del 3,3% del PIB.