Tim Cook, CEO de Apple, llamó a Trump el día en que fue elegido para felicitarle. El empresario, ahora presidente, no perdió el tiempo y, tal y como declaró para The New York Times, le comentó al CEO que “un verdadero logro” sería conseguir que Apple contruyera su mayor planta en Estados Unidos en vez de en China.
Para que esto se pueda hacer realidad, Trump creará los incentivos necesarios, recortes en los impuestos para Apple y todas las compañías de sus características, así como las modificaciones de regulaciones que no permiten su expansión en el mismo país. La respuesta de Cook fue un “lo entiendo”.
Con estas nuevas declaraciones, parece que Trump está cambiando su estrategia. Durante la campaña presidencial aseguró que crearía unos aranceles punitivos del 45% para todos aquellos productos que fueran importados de China, una indirecta para Apple y muchas otras empresas de las mismas características. Estas eligen países como China para producir sus productos por el menor costo de la mano de obra, lo que ha hecho que el paro incremente en los Estados Unidos.
Ya que gran parte de la campaña se centró en devolver estas empresas a su país de origen, una de las últimas movilizaciones de Trump está relacionada con Carrier Corp., el gigante del aire acondicionado que pretende trasladar su central de fabricación de Indiana a México con el fin de abaratar costes.