A menudo, las primeras entrevistas, son para cribar a todos los candidatos que han aplicado a la oferta. Por eso, tu trabajo, es hacerlo de tal manera que vayas pasando las fases hasta llegar a la última y, definitivamente, ser contratado.
Últimamente están muy de moda las entrevistas a modo de conversación, lo que aporta al encargado de la contratación conocer más aspectos del candidato que mediante la típica entrevista pregunta-respuesta. En una segunda entrevista de este tipo, se establece una credibilidad dentro de la conversación que te dará puntos para el futuro. No desveles demasiado si pretenden entrar en aspectos concretos, establece los puntos que seguirías a modo de consultoría y deja que todo quede en el aire. Podrían coger esta información, implementarla en sus proyectos y nunca volver a llamarte.
La tercera fase consiste en ajustar temas como el sueldo y la bonificación, la fecha de inicio o el tipo de contrato al que estarás sujeto. Podría ser por parte del manager de tu equipo o de alguien superior que, igualmente, deba conocerte.
Si existiera una cuarta o quinta fase, deberás conocer en qué fase del proceso te encuentras, para que ellos vean que estás siendo consciente de que el proceso se alarga demasiado. Les harás ver que, al igual que ellos, tu tiempo no es ilimitado y necesitas saber si centrarte sólo en esa oferta o abrir tu cartera de posibilidades.