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Que el wifi te acompañe, nómada digital

Teletrabajo. Hombre. Calle. Foto: Andrea Piacquadio (Pexels)
Foto: Andrea Piacquadio (Pexels)

Fue en 1997 cuando Tsugio Makimoto y David Manners aventuraron las posibilidades tecnológicas que se abrían paso junto al impulso natural de viajar en torno al título de su libro: Digital Nomads. Desde entonces, todo lo que engloba al movimiento de los nómadas digitales ha evolucionado a pasos agigantados, a medida que iba calando en el entramado cultural la modalidad del teletrabajo. Entre las características óptimas con las que sueñan se encuentran unas condiciones climáticas favorables durante todo el año, banda ancha de gran calidad, espacios de coworking y coliving, compatibilidad horaria y laboral, un menor coste de la vida, seguridad personal y fiscalidad jurídica, entre otras. Convendría añadir diversidad de paisajes y actividades, porque teletrabajar y trabajar confinado, no es lo mismo. Si ya no se limita a una presencia física en un lugar y a unos horarios determinados, ¿se establece un cambio de paradigma?

Separar el rol corporativo de la localización geográfica

Spotify anunciaba el pasado mes de febrero que permitirá deslocalizarse a sus 5.000 empleados con total libertad. Facebook, por su parte, señaló hace unos meses que la mitad de sus empleados podría teletrabajar a lo largo de los próximos cinco o diez años y Liberty Seguros admite la posibilidad para sus casi 2.000 empleados en España, Portugal, Irlanda e Irlanda del Norte. En este sentido, el nomadismo digital renueva las esperanzas de un sector turístico muy afectado por la crisis económico-sanitaria. Es un perfil de trabajador protagonizado por hombres y mujeres de entre 25 y 45 años que ejercen profesiones de media-alta cualificación, con notables rentas y reducidas cargas familiares y que, por lo tanto, reúnen las condiciones idóneas para desplazarse durante largas temporadas, fomentando con ello el desarrollo de las economías regionales. De hecho, el porcentaje de población que se había planteado teletrabajar en algún momento de su vida ha incrementado en el último año del 30% al 65%.

Adolfo Berraquero es emprendedor y nómada digital. Se dispone a establecerse unos meses en la llamada isla de los dioses, Bali, por dos motivos: “Comunidad internacional emprendedora y buena calidad de vida a un precio asequible, es mi primera vez allí pero tengo la suerte de tener amigos ya desplazados. Me parece un ambiente muy estimulante”, confiesa, haciendo referencia a su labor en el vivero de emprendimiento de la UNIR, mientras crea dos ecommerce. Para Silvia Rivela, CEO de Cohesionist, es fundamental disponer de libertad de elección del entorno para desempeñar cualquier trabajo de la forma más eficiente, en función de las necesidades: en una cafetería, el jardín, la playa, un coworking, un bosque, un sótano, incluso un coche. “Lo que está sucediendo con la pandemia es que tenemos la primera parte de la ecuación, la de teletrabajar, pero no disponemos de la segunda, la de la libertad, que a mi juicio es la que más beneficios emocionales y mentales tiene para las personas”, señala.

Observando tendencias emergentes con respecto al trabajo remoto, encontramos el reto de las organizaciones a la hora de adoptar una estrategia sin fronteras que les permita combatir la escasez de talento de su entorno laboral. En palabras de Alberto Muñoz, director de Robert Walters: “Con la estandarización e implantación de las modalidades de trabajo, las compañías expanden el talento disponible, aliviando brechas de cualificación que existen en su mercado local”, así lo recoge la consultora en su guía Talento Transfronterizo.

El nuevo mapamundi del talento

Bali, Tailandia, Londres, Budapest, California o Barcelona, son algunos de los lugares más populares para ser nómada digital, según el portal de referencia para este tipo de profesionales, a la caza de rincones para trabajar en remoto, nomadlist. Pero no hay que irse muy lejos, si nos encontramos en España. Dicha web ha situado a Tenerife y Gran Canaria entre los diez mejores lugares del mundo para desempeñar un empleo en remoto. “El plan de acción que estamos desarrollando desde Turismo de Canarias gira en torno a posicionar el archipiélago como ‘la oficina con el mejor clima del mundo’ en países como Reino Unido, Alemania, España, Francia, Irlanda, Suiza, los países escandinavos o Países Bajos”, comparte Yaiza Castilla, consejera de Turismo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias. La comunidad local de teletrabajadores está experimentando un rápido crecimiento y solo las redes privadas de comunicación entre trabajadores remotos en las islas superan ya la cifra de varios miles de participantes activos. Por no hablar de la recuperación de un nivel de ocupación del sector hotelero isleño, cerrado a falta de turistas, reconvertidos en alojamientos centrados en este tipo de clientes, cambiando su concepto tradicional.

Entre otros enclaves de la zona euro –la utilización de la moneda única europea es otro reclamo–, la administración canaria también tiene en mente realizar una prospección en Estados Unidos. En todos estos mercados emisores llevan a cabo distintas acciones para situarse en la mente de los remote workers. Además de las herramientas, sistemas e infraestructuras tecnológicas imprescindibles para que estos empleados remotos puedan llevar a cabo su trabajo, es necesario que la legislación (visas de trabajo) y las autoridades competentes realicen un esfuerzo que facilite, cada vez más, estos movimientos. Es el caso de profesionales procedentes del entorno europeo, con los que actualmente existe una amplísima libertad de movimientos e, incluso el derecho legítimo al establecimiento de la residencia temporal y el trabajo desde cualquier rincón comunitario.

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