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Tres verdades sobre desarrollar tus fortalezas

En primer lugar, las fortalezas no siempre se corresponden con las pasiones de uno mismo, algo que se suele confundir con mucha frecuencia. Generalmente las personas se “apasionan” por algo sobre lo que no son competentes y, en raras ocasiones, sienten una debilidad por algo en lo que destacan. Entonces, ¿qué es una fortaleza? Es algo por lo que los demás te consideran excelente, aunque es cierto que no es extraño que las personas se hagan expertas en eso hacia lo que sienten una atracción.

En segundo lugar, intentar ser el mejor en todo, refleja un pobre liderazgo. Los grandes líderes prevalecen porque son extraordinarios en ciertas áreas. Muchos líderes se preocupan por sus debilidades pensando que pueden afectar negativamente su eficacia. Creen que van a ser definidos o juzgados por sus defectos. Pero esto sólo se convierte en una realidad si una persona no tiene puntos fuertes. No hay que ser bueno en todo, solo tiene que afinar en unas pocas áreas específicas para destacar y diferenciarse como un líder que es grande.

Por último, hacer siempre lo mismo no desarrolla ninguna fortaleza. La gran mayoría de los planes de acción que crean los líderes utilizan una filosofía lineal para hacer frente a los cambios de comportamiento. Por ejemplo, si la gente intenta ser más estratégica simplemente leyendo libros sobre estrategia, rara vez aumentan su éxito. Hay que ponerse retos que te ayuden a cambiar.