El futuro del trabajo con empleados geográficamente distribuidos plantea preguntas sobre cómo, e incluso si los empleadores deben, o no, invertir en sus empleados a distancia. La lealtad y la inversión en un equipo son dos objetivos que se superponen, aunque no del todo. La empatía es esencial para ambos objetivos. Es importante entender por qué un empleado está trabajando de forma remota. ¿Necesita vivir cerca de su familia? ¿Necesita salirse de su zona de confort?
En Estados Unidos, “los puestos de trabajo con salarios bajos han aumentado considerablemente entre 2011 y 2016”, según explicó para CityLab el profesor Richard Florida. Un reciente estudio elaborado por Express Employment reveló que el 77% de las empresas que más trabajos temporales ofrecen esperaban a los nuevos graduados para quedarse en sus equipos por un año o menos. Bob Funk, ex presidente del Banco de la Reserva Federal de Kansas City, analizó la encuesta y concluyó que muchos millennials están aceptando trabajos que son sobre-cualificados para seguir adelante cuando encuentren algo mejor. Con este panorama, ¿tiene sentido invertir en este tipo de plantillas? ¿Qué pasa si, por el contrario, se trata de un trabajo ideal, pero un empleado no puede permitirse el lujo de vivir cerca?
Independientemente de la situación y la distancia de los empleados, siempre tiene sentido invertir en el equipo. La verdadera pregunta que los empresarios deben preguntarse es cómo invertir. Los empleadores encontrarán valiosas respuestas mediante la comprensión de la motivación y la situación de los empleados a distancia. Los empleados a corto plazo, que trabajan de forma remota a la espera de la próxima “mejor oferta”, pueden prosperar simplemente con un trato humano, aunque la remuneración sea baja. Para estos trabajadores, los atributos de trabajo pueden significar que permanezcan más tiempo (reduciendo los costes que la rápida rotación implica) y salgan más felices. Por el contrario, para los trabajadores altamente motivados (y, a menudo puestos de trabajo con salarios más altos), un camino claramente articulado para el avance y una oportunidad para hacer frente a los problemas más difíciles puede generar una mayor lealtad y la “pegajosidad de empleo”. En cualquier caso, es cada vez más crítico para los empleadores con equipos dispersos geográficamente que coincidan con los incentivos y la mentalidad de sus miembros del equipo.