“El principal reto para este concepto no es ni la técnica, ni el coste, simplemente convencer a la gente de que es una propuesta realista”, ha escrito el profesor. Metzger describe una trayectoria de tres etapas llamada la Réplica Industrial de Auto-abastecimiento (o SRSI por sus siglas en inglés), en el que las operaciones mineras -en gran medida robóticas- extraerían recursos que se transforman en bienes útiles. La Luna y los asteroides cercanos contienen hidrógeno, carbono, silicio, metales y otros materiales necesarios para este tipo de industria.
Aunque el envío de todos los equipos necesarios para las operaciones de minería y manufactura en el espacio no es práctico, Metzger argumenta que una pequeña cantidad de equipos autónomos se podría utilizar para “poner en marcha” los materiales en una operación más compleja. Se proyecta que sólo 12 toneladas de activos iniciales en la Luna podrían construirse con 150 toneladas de equipo (cerca de la cantidad que se ha considerado necesaria para una colonia lunar) utilizando los recursos locales.
En sus primeras etapas, el SRSI construiría estructuras de metal extraído y produciría propulsor del agua. Con el tiempo, estas estructuras podrían albergar instalaciones de fabricación para producir equipos para la exploración adicional. Como señala Metzger, las industrias más fáciles y completamente automatizadas en la Tierra hoy en día también son las más necesarias para el desarrollo del espacio: la fabricación de productos electrónicos, equipos de transporte y maquinaria.
Varias fábricas en la Tierra ya operan sin ninguna supervisión humana. Las estimaciones de Metzger sugieren que, repartido en tres décadas, el proyecto costaría entre 3-12% del presupuesto actual de la NASA al año, aunque el plan también depende de la inversión de los operadores espaciales privados. Eso sí, los beneficios serían inmediatos.
El científico defiende el plan de desarrollo espacial contra los críticos que han asegurado que la actividad económica podría quedar perjudicada. Metzger señala que hay muchos más asteroides cercanos a la Tierra que nunca podría ser explorados únicamente a través de la financiación científica y pone de relieve el papel que las operaciones mineras terrestres han jugado en la expansión del conocimiento geológico.