La tesis de la autora es muy directa. Las personas están gastando una increíble cantidad de su valioso tiempo en los videojuegos, porque hemos creado una realidad insatisfactoria. El mundo real no ofrece las mismas facilidades, los retos tan emocionantes y la poderosa vinculación social, que encuentras en los entornos virtuales. La realidad no nos motiva con la misma eficacia. Pero a diferencia de lo que vemos en los videojuegos, no estamos hablando del fin del mundo. La escritora asegura que podemos aprovechar la energía que hay detrás de los juegos y las lecciones que aprendemos sobre cómo los diseñadores crearon estos mundos para aplicarlos a nuestra realidad.
¿Poco realista? Según un estudio de 2015 del Entertainment Software Association, más de 150 millones de estadounidenses juegan a videojuegos. El informe añade que el 42 % de los estadounidenses juegan regularmente, al menos tres horas a la semana. Millones y millones de horas de atención invertidos en estos mundos virtuales cada semana. Todo se intensificó con la locura de Pokémon GO.
Pero si sabes ver con perspectiva, puedes sacarle rendimiento a tu pasión por los videojuegos y aplicarlos en tu vida laboral:
Misiones claras para hacer frente a los obstáculos.
Probablemente la queja más común de la gente que se aburre en el trabajo es que no sabe cuál es la meta. Según Gallup, sólo el 50% de la gente sabe lo que se espera de ellos laboralmente. Los directores generales y los jefes de equipo tienen que ser capaces de explicar claramente las funciones de los empleados en una declaración simple y directa. Si un líder no puede resumir en diez palabras lo que cada persona de su equipo tiene que hacer, algo falla.
Regeneración rápida y la capacidad de sentir y ver las gratificaciones.
Los miembros de un equipo quieren feedback inmediato. Quieren saber cómo lo están haciendo y cómo se puede mejorar. El jefe tiene que ser directo con ellos y hacerles saber cómo hacen las cosas y cómo mejorar.
Formar parte de algo más grande.
Los videojuegos de colaboración nos han enseñado que las grandes metas crean momentos de gesta. A los jugadores les gusta ser parte de un equipo que trabaja en conjunto para lograr un objetivo ambicioso. Anunciar altos objetivos que no estén directamente vinculados con los beneficios individuales también motiva y entusiasma. Asegúrate de que todo el mundo sabe la forma en la que están ayudando a alcanzar ese objetivo y lo que pueden hacer para llegar aún más rápido.
La creación de una fuerte conectividad social.
Sabemos que las personas son más felices cuando están interactuando. Cada CEO debe estar pensando sobre del desarrollo de conexiones que vayan más allá de los departamentos de oficina habituales.
La realidad tradicional ha quedado atrás y esta visión virtual nos ayuda a romper el pensamiento estático que con demasiada frecuencia ha dirigido el negocio. Siempre se nos ha dicho que el negocio es algo serio y que no podemos considerarlo un juego si queremos tener éxito. Tal vez este paradigma tiene que ser al revés. Al hacer del negocio un juego, vamos a estar siguiendo el objetivo de negocio por excelencia: jugar para ganar.