Jugar al fútbol, baloncesto o balonmano tiene mucho mérito, pero hay que pensar que son deportes de equipo donde ganan y pierden todos. En el tenis de alta competición estás sólo dentro y fuera de la pista. Debes tener concentración y querer ganar.
Rafa nació en 1986 y está considerado como el mejor deportista español de la Historia. “El Rey de la Tierra” fue el tenista más joven en conseguir el Golden Slam (4 Gran Slam y la medalla de oro en los JJOO). Aun así, lo que parece una carrera de éxito y perfección no lo es.
Es un deportista querido porque conecta con la gente, una persona normal que ha luchado para estar en lo más alto. Sigue disfrutando de su familia en Manacor, lleva su país en el corazón y los valores que le empujan siempre a ser único. Representa la mejor versión del carácter español.
Como en los negocios, todos los deportistas que salen a la pista saben que van a la selva. Saben que se volverán a casa con la victoria o la derrota. Nadal nos ha enseñado a tratar ambas circunstancias del mismo modo.
De la derrota saca motivación para seguir mejorando, como dice él: “Uno no se puede venir abajo por perder un partido” al igual que tampoco se viene arriba cuando gana. Una mente competitiva se autoexige tanto que acaba fijándose sólo en las derrotas y no en las victorias, por pequeñas que sean, que todas las personas tienen.
Hay un camino para alcanzar lo que deseas, querer darlo todo para ganar, y ser un problema para el resto de competidores. Si una persona vuelca toda su ilusión y ganas, puede conseguir cualquier negocio o reto.
Hay que ser realista, la suerte juega un papel importante, no todos llegan donde él ha llegado. Hay jóvenes talentos mejores que él que se quedaron por el camino por una lesión con 16 años. No se puede controlar la suerte pero sí se puede atraer: Hay que ser positivo y rodearse de gente que lo sea.
Ganar es el objetivo principal, pero no debe ser el único, ya que siempre que se pierda no hay que perder de vista que también se está ganando.
Todas las personas pasan por momentos buenos y malos, son rachas, y nadie es eternamente perfecto por muy bien que le vayan las cosas. Al igual que ocurre en la economía cuanto más arriba se está, más dura puede ser la caída. Nunca hay que bajar la guardia.
“Rafalet” no es el mejor técnicamente hablando, no tiene un golpe de número uno, la diferencia es la mentalidad y la cabeza con la que juega. Esta sí es número uno. Se podría haber dedicado al golf o al fútbol que habría llegado a ser el número 1. ¿Cómo podemos aplicar esto a nuestros negocios? Aquí van unas frases del propio Rafa que podemos tomar de ejemplo:
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