¿Eres el jefe? No hagas estas 9 cosas si quieres conservar a tus mejores empleados
Es increíble cómo la mayoría de jefes se quejan al ver cómo sus mejores trabajadores se marchan. Y, aunque sus razones tienen para lamentarse – pocas cosas existen tan costosas para una empresa como un empleado sobresaliente saliendo por la puerta -, lo hacen con total ausencia de autocrítica. Normalmente las personas no dejan trabajos, sino malos jefes. El primer paso para evitarlo es conocer las nueve peores cosas que puede hacer un manager si quiere conservar a ese empleado con talento, y nosotros te las contamos en la siguiente fotogalería.
¿Eres el jefe? No hagas estas 9 cosas si quieres conservar a tus mejores empleados
1. Hacer que trabajen demasiado
Lo sabemos: es tentador mandarle el trabajo difícil y determinante a tu mejor empleado; nadie va a resolverlo tan bien como él. Sin embargo, él siente que le estás enviando señales confusas, como si en vez de premiarlo le estuvieses castigando por ser el mejor. Además, trabajar demasiado es contraproducente: un reciente estudio demostró que la productividad por hora desciende drásticamente cuando la semana laboral excede las 50 horas.
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2. No reconocer sus logros ni premiar el trabajo duro
Es fácil subestimar el inmenso poder de un “gracias” o de una palmadita en el hombro, especialmente cuando se trata de empleados tan capaces que ya parecen intrínsecamente motivados. El jefe debe saber cuál es la mejor forma de recompensar el trabajo bien hecho de cada empleado; para algunos será un ascenso, para otros simple reconocimiento público.
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3. No empatizar con los empleados
Las compañías inteligentes saben que una de las principales causas de dimisión de los buenos empleados es la pésima relación con su superior, y por eso eligen para los cargos de responsabilidad a personas capaces de encontrar el equilibrio entre el trabajo y lo personal. Se trata de detalles tan simples como felicitar un éxito, hacer una llamada o mandar un mensaje en una ocasión importante y ser comprensivo cuando esa persona lo está pasando mal. Es difícil, por no decir imposible, trabajar más de ocho horas diarias para alguien al que no le importas en absoluto.
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4. No cumplir la palabra
Hacer promesas a tus empleados te sitúa en esa fina línea entre motivarles o ver cómo recogen sus cosas y salen por la puerta. Cuando cumples tu palabra logras que te vean como alguien con honor y en quien se puede confiar – dos cualidades de vital importancia en todo jefe -, pero cuando la incumples caes en lo grosero y en la falta de respeto.
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5. Contratar y ascender a las personas equivocadas
Los empleados realmente eficaces y comprometidos necesitan trabajar con personas afines a ellos. Contratar a las personas equivocadas les hará sentirse incómodos y fuera de lugar, pero ascender a alguien que no lo merece les desmotivará totalmente.
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6. No dejar que persigan sus pasiones
Los buenos empleados suelen ser apasionados, y ofrecerles las herramientas necesarias para que persigan sus pasiones aumenta su productividad y satisfacción. Sin embargo, los malos líderes creen que cualquier cosa que no sea trabajo puro y duro es una distracción y les hará ser menos eficaces. Este miedo es infundado, y hará que los empleados terminen quemados y se marchen.
¿Eres el jefe? No hagas estas 9 cosas si quieres conservar a tus mejores empleados
7. No estimular sus capacidades
Alguien dijo una vez que el verdadero líder es aquel capaz de sacar rendimientos extraordinarios de personas ordinarias. En cambio, un mal jefe se excusará en la falta de tiempo, la confianza o la autonomía para justificar su completa falta de atención hacia sus empleados. Da igual cuán talentosa sea la persona: todos necesitamos ser escuchador y obtener feedback para estimularnos.
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8. No potenciar su creatividad
Un empleado con talento es aquel capaz de mejorar cada cosa que toca. Si en lugar de estimular esa capacidad de cambiar a mejor lo que le rodea haces que se limite solamente al status quo y a lo que te resulta cómodo, harás que termine odiando su trabajo. Cortar de raíz ese deseo de crecer no solo le limita a él; sobre todo te limita a ti.
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9. No retarles intelectualmente
Los buenos jefes son aquellos que retan a sus empleados a lograr cosas que en un principio parecían inconcebibles. Las metas mediocres y fáciles de alcanzar hacen que la gente se acomode; por eso la principal misión de un líder es hacer todo lo que esté en su mano es marcar objetivos que empujen a sus trabajadores fuera de su zona de confort.
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