Su andadura en la empresa comenzó en una Feria SIMO. Ella, estudiante de publicidad, trabajaba de azafata allí y la empresa terminó ofreciéndole un puesto de trabajo como vendedora, puesto duro según Beamonte, pero que le sirvió para hacerse más fuerte y acabar con ciertos miedos.
Con treinta y un años fue nombrada directora de Recursos Humanos, uno de los más puestos, por su importancia, que recuerda con más cariño. Pero su historia no se quedó ahí. Fue en 2010 cuando, de forma inesperada, Xerox decidió convertirla en su directora general.
Seis años después de aquella decisión, Beamonte no se arrepiente de una decisión que le ha llevado a marcar el camino de una de las compañías mejor consideradas de toda Europa. Analizando este tiempo, Paloma Beamonte cree que su éxito como Presidenta de Xerox radica en el conocimiento que tiene de la empresa, de prácticamente todas sus áreas, algo que, según dice, facilita el funcionamiento. El ser la primera mujer en ocupar el cargo más alto del escalafón de Xerox en España, la convierte, además, en una pionera.