Hace unos meses Tesla ya se desbordó. La demanda de su nuevo Model 3, todavía en fase de desarrollo y que no se enviará a sus compradores hasta finales de 2017, se les fue de las manos, y ahora la historia se repite: el fabricante de vehículos eléctricos se enfrenta a serios problemas a la hora de satisfacer los pedidos de sus otros dos modelos, el S y el X.
La compañía ha confirmado que sus previsiones respecto al segundo semestre de 2016 no se han cumplido, ni desde el punto de vista de la producción de los vehículos ni desde el de la distribución de los mismos. Si esperaban fabricar 20.000 coches, se han quedado en 18.345, un 16% menos. Si esperaban distribuir 17.000, solamente han llegado a los 14.370. Concretamente, el trimestre cierra con la entrega de un total de 9.745 Model S y 4.625 Model X entregados a sus compradores. No son buenas noticias para el primer modelo, ya que es la primera vez que su cifra de distribución cae durante tres trimestres seguidos, y también la más baja desde el tercer trimestre de 2014.
El fabricante no ha tardado en excusar los malos resultados, y desde Tesla han achacado este incumplimiento a un cambio en los sistemas de producción que ya ha sido solventado, asegurando que la mitad de la producción se logró en las últimas cuatro semanas. Además, han querido hacer hincapié en que, a partir de ahora, se ven totalmente capaces de cubrir las 80.000 unidades con que pretenden cerrar el año.
¿Morir de éxito? Esperamos que no.