Una vez que salieron al mercado los coches automáticos, los coches que se conducen solos dejaron de ser una fantasía lejana. A día de hoy, son una realidad que cada vez está más cerca de circular por nuestras calles y carreteras. Empresas como Mercedes, Tesla Motors y BMW ya han presentado sus modelos o están terminando de ponerlos a punto para ello.
Tampoco han querido desmarcarse de este nuevo negocio las grandes compañías tecnológicas como Google, que ha anunciado que probará este verano su coche autónomo por las carreteras de California; o Apple, quien al parecer está desarrollando un coche en un laboratorio secreto situado en Berlín, según ha informado en periódico alemán Frankfurter Allgemeine.
La división Intelligence de Business Insider ha elaborado recientemente un informe sobre el estado de desarrollo de los coches autónomos alrededor del mundo concluyendo que para 2020 pueden estar en circulación unos 10 millones de coches sin conductor.
¿Qué es un coche autónomo y qué no?
Business Insider explica en su informe que los coches autónomos no son una tecnología futurista, sino que son como cualquier otro coche pero con características especiales que le permiten acelerar, frenar y dirigir el curso del coche con una interacción limitada o sin conductor.
Además, la revista señala en su informe que hay que saber distinguir entre los dos tipos de coches autónomos que existen: conducción semi-autónoma y conducción totalmente autónoma. Los vehículos totalmente autónomos no llegarán hasta 2019 y son aquellos que no necesitan que el conductor haga absolutamente nada para que recorran la distancia requerida entre dos puntos determinados.
Además, una vez que ponemos la vista en los coches de conducción totalmente autónoma, hemos de hacer otra distinción: los vehículos accionados por el usuario y sin conductor alguno. Los vehículos autónomos con conductor llegarán al mercado dentro de los próximos 5 años. A los coches sin conductor les queda aún una ardua batalla que librar con leyes y aseguradoras.
Por el momento, los coches autónomos son sólo una realidad en ciernes, ya que los costes siguen siendo muy altos y las barreras regulatorias difíciles de sortear. A los fabricantes aún les queda mucho camino por recorrer para llegar a ofrecer este tipo de vehículos al gran público, pero ya están más cerca.