En un momento en el que muchas marcas confunden evolución con ruido, Pedro Gómez ha optado por una decisión poco frecuente en el lujo: escuchar. Escuchar a su comunidad, a quienes durante años repetían la misma frase —“me encantaría tener un Pedro Gómez”— y transformar ese deseo en una nueva puerta de entrada a la marca.
Así nacen Los Pedritos, un modelo que no pretende sustituir al icono, sino acompañarlo. Una extensión natural de una firma española fundada en 1959, que ha construido su reputación alrededor de la funcionalidad, la calidad y una estética honesta ligada a la montaña, pero también al día a día.

La propuesta se concreta en una reinterpretación de su prenda más reconocible: el canadiense. Un plumífero pensado para un uso cotidiano, con una confección más ligera y depurada, que prescinde de algunos elementos técnicos premium —como la capucha de duvet o las mangas desmontables— sin perder coherencia ni identidad. El resultado es una prenda un 20% más ligera en pluma, con acabados más sencillos y un precio más contenido, diseñada para acompañar a nuevas generaciones.
Esta primera edición llega en tres versiones que dialogan con distintos perfiles: Pedrito Oroviejo by DJ Nano, en negro y amarillo, con bolsillos personalizados y parches; el Pedrito rojo y azul retro; y el Pedro negro y gris, más sobrio y versátil. Tres formas de entender un mismo concepto: accesibilidad sin renuncia.
La colaboración con DJ Nano, amigo y embajador de la marca, refuerza además el componente emocional del lanzamiento. Su versión del Pedrito es la más cercana al universo técnico de Pedro Gómez e incorpora, en el interior, la leyenda de la firma. Un gesto simbólico que conecta pasado, presente y futuro.

Lejos de ser un movimiento oportunista, Los Pedritos representan una reflexión madura sobre cómo crecer sin perderse. Una demostración de que el liderazgo, también en moda, pasa por saber cuándo simplificar, cuándo abrir el círculo y cuándo ampliar la familia sin diluir la esencia.
