Obituario

Muere Chris Rea a los 74 años, la voz británica que convirtió la carretera en un himno universal

Con su fallecimiento desaparece una de las voces más singulares de la música británica contemporánea, pero su repertorio seguirá sonando, especialmente cada diciembre, cuando millones de personas vuelvan a escuchar una canción que, sin proponérselo, se convirtió en parte de su memoria colectiva.

El cantante y compositor británico Chris Rea ha fallecido a los 74 años, poniendo fin a una de las trayectorias más reconocibles y coherentes de la música popular europea de las últimas décadas. Su familia confirmó que el artista murió en un hospital tras una breve enfermedad, acompañado por sus seres queridos.

Nacido en Middlesbrough, en el norte de Inglaterra, Rea construyó una carrera alejada de los excesos y modas efímeras de la industria musical. Su sello fue siempre una combinación muy personal de rock, pop y blues, sostenida por una voz grave e inconfundible y por una narrativa musical centrada en la introspección, los viajes y la vida cotidiana. Esa autenticidad le permitió conectar con públicos muy diversos y mantener una relevancia constante durante más de cuarenta años.

El reconocimiento internacional llegó a finales de los años setenta, pero fue en las décadas posteriores cuando consolidó su estatus de artista global. Canciones como On The Beach o Josephine se convirtieron en clásicos de la radio, mientras que álbumes como The Road to Hell y Auberge lo situaron en lo más alto de las listas británicas, confirmando su capacidad para equilibrar éxito comercial y credibilidad artística.

Sin embargo, pocos temas ilustran mejor el alcance cultural de Chris Rea que Driving Home for Christmas. Lo que comenzó como una canción casi anecdótica terminó transformándose en un fenómeno recurrente, capaz de reaparecer cada año en las listas de éxitos y de formar parte del imaginario colectivo de la Navidad en numerosos países. Su longevidad es un ejemplo singular de cómo una composición sencilla puede adquirir un valor casi patrimonial con el paso del tiempo.

La vida de Rea no estuvo exenta de dificultades. En el año 2000 fue diagnosticado con cáncer de páncreas, una enfermedad que le obligó a pasar por quirófano y a replantearse su ritmo profesional. Años después, en 2016, sufrió un ictus. Lejos de retirarse por completo, siguió vinculado a la música, adaptando su actividad a sus circunstancias físicas y manteniendo una relación constante con su público.

Más allá de las cifras de ventas y los reconocimientos, el legado de Chris Rea reside en haber construido una obra honesta y reconocible, ajena a artificios y sostenida en una identidad artística clara. En una industria marcada por la inmediatez, su carrera es un recordatorio de que la constancia, el estilo propio y la conexión emocional con el oyente pueden generar un impacto duradero.

Con su fallecimiento desaparece una de las voces más singulares de la música británica contemporánea, pero su repertorio seguirá sonando, especialmente cada diciembre, cuando millones de personas vuelvan a escuchar una canción que, sin proponérselo, se convirtió en parte de su memoria colectiva.

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