En el Ministerio de Defensa de Reino Unido todavía se recuerda la tormenta de granizo del 23 de abril de 2013 en Kandahar (Afganistán). Los daños en los aviones y helicópteros allí estacionados ascendieron a 12,6 millones de libras. En 2021, la USAF norteamericana tuvo que destinar 134 millones de dólares a la reparación de las abolladuras provocadas en 39 aparatos por las piedras de hielo sólo en la Base de la Fuerza Aérea Laughlin.
Este año, la Advanced Textiles Association (ATA) ha otorgado a las cubiertas de tela protectoras contra granizo de Ehmke Manufacturing uno de sus premios anuales. Su gran aportación de valor es que las pueden desplegar cuatro personas en un máximo de dos horas, sin necesidad de grúas puente ni de accesos para caminar sobre la aeronave, y respetan además el delicado hardware de la superficie de las aeronaves. Hay innovación más allá de la inteligencia artificial (IA), conviene recordarlo.
Incluso se diría que la parte más sustancial del negocio de la IA que ha de venir se encuentra escondido, como si de un tesoro escondido se tratara, en la confluencia entre el mundo digital y el físico. Y este último está transformándose de manera también acelerada, no sólo en el ámbito de la robótica.
Basta fijarse en la obra ganadora del Premio Interior Mundial 2025 del World Architecture Festival (WAF). Con un formato similar al de un talent show televisivo, algunos de los mejores arquitectos del planeta han descrito en el evento celebrado en Miami los méritos de sus creaciones ante un jurado de cuatro expertos. Entre los participantes, los miembros del estudio arquitectónico norteamericano INNOCAD responsables de la Capilla Fractal del Hospital de Graz (Austria).

World Architecture Festival (WAF)
La observación de fractales puede reducir el estrés hasta en un 60%, según diversos estudios. El pequeño espacio premiado, de apenas 35 metros cuadrados, se inspira, de hecho, en los experimentos de la NASA para reducir el estrés de los astronautas. Incorpora patrones fractales diseñados en colaboración con científicos de la Universidad de Oregón, que imitan la geometría de la naturaleza para evocar respuestas psicológicas, fisiológicas y neurológicas positivas.
La clave es que INNOCAD se ha valido de un programa informático hecho específicamente para el proyecto, que combina ciencia y arte y ha despertado incluso el interés de Frontiers in Psychology. De algún modo, su estrategia remite al trabajo colaborativo con la IA, desde el diseño hasta la construcción, del que me han hablado arquitectos como Javier Peña Galiano.
La gran triunfadora de los Premios WAF 2025, con el galardón a Edificio Mundial del Año, ha sido, por cierto, una iglesia ideada por el arquitecto Fernando Menis para un barrio periférico del municipio tinerfeño de Las Chumberas. Una genialidad inspirada en el paisaje volcánico.
El edificio puede parecer una mole de formas macizas y toscas, pero a través de unas estrechas grietas, rellenas de metal y vidrio esculturales, se filtra la luz natural, que ilumina diferentes zonas a lo largo del día y crea un interior minimalista y espiritual. Los gruesos muros del recinto combinan una mezcla de hormigón granulado con piedras volcánicas y hormigón visto liso. De ese modo, mejoran la inercia térmica del edificio y favorecen la acústica. Dicen que es comparable a la de un teatro de ópera.
Parece obvio que la arquitectura está buscando en la tecnología vías para potenciar el bienestar medioambiental, personal y hasta espiritual, quién lo diría. El Aeropuerto Internacional de Gelephu de Bután, diseñado por el estudio BIG-Bjarke Ingels Group (Dinamarca) y ganador del Proyecto Futuro 2025, forma parte de un plan titulado nada menos que Gelephu Mindfulness City (GMC). Eel jurado de los premios WAF ha destacado que integra estrategias pasivas de respuesta climática basadas en la arquitectura tradicional, como la estructura de madera pensada para regular la humedad interior.
El Corredor Ecológico del Río Xinjiang (China), ganador del premio Paisaje del Año, no se ha diseñado como una mentalidad barrera frente a las inundaciones estacionales, sino que las incorpora como un activo de diseño y plantea un modelo para la restauración sostenible de llanuras aluviales en todo el mundo.
La tecnología y la investigación en materiales están creando un mundo nuevo, en efecto. Volviendo al textil, los denominados marcos metalorgánicos (MOF) se utilizan como material de base para muchas soluciones de captura directa de CO2 del aire. Se trata de una de las grandes apuestas tecnológicas del futuro contra el calentamiento global y la contaminación del planeta. Capturar CO2 directamente del aire, con todas las dificultades que todavía implica, ayudaría claramente a la descarbonización industrial.
La inteligencia artificial (IA) desempeña un papel fundamental en el descubrimiento de MOF. Hasta tal punto es así que la estadounidense Numat Technologies se ha aliado con Meta AI, sí, la de Zuckerberg, para crear los MOF de captura de CO2 de próxima generación. Otro de los usos en los que trabaja Numat con Milliken son tejidos protectores con MOF para clientes de defensa química, biológica, radiológica y nuclear (CBRN) que buscan alternativas sin PFAS, los conocidos como «químicos eternos».
Diego Boeri, presidente del negocio de fibras de Indorama Ventures, dice que tiene la intención de “liderar la transición hacia una economía textil circular”. Ha formado una empresa conjunta con Jiaren Chemical Recycling para desbloquear hasta 100.000 toneladas anuales de capacidad de hilado de PET reciclado de textiles.
Otros premiados por la ATA son TM Covers, que ha construido una piscifactoría móvil hecha de tela con cremalleras de gran tamaño procedentes de Alemania; de nuevo, Ehmke Manufacturing, por unas aletas de rejilla personalizadas para cohetes espaciales, fundamentales para estabilizarlos y guiarlos; y Pfeifer Spatial Structures, autora de la deslumbrante cubierta Sky Seam, hecha de un material llamado ETFE, que confiere al Centro Xujiahui de Shanghái (ITC) una forma onírica y futurista, “como plumas flotantes”. No lo olvidemos, estamos hablando de textiles técnicos.
Hay innovación más allá de la IA, o quizás habría que decir que la IA cobra un sentido especial gracias al empuje innovador de sectores que se pueden ver fabulosamente impulsados por ella. El secreto está en potenciar la colaboración. Es el mensaje en el que más insisten los directivos de las grandes compañías tecnológicas. Las alianzas pueden
surgir allí donde menos se las espera, como en las minas de Riotinto en Australia, como me contaba el directivo de Nokia Jochen Apel. Una gran oportunidad, pero también un enorme cambio de perspectiva.
