Criptomonedas

Cómo las monedas digitales y los pagos programables están transformando el futuro financiero

El auge de las monedas digitales y de los pagos programables están redefiniendo dónde y cómo fluye el dinero

Desde la época de la Casa Medici, el dinero solo ha tenido una función: moverse de una cuenta a otra, de forma pasiva y reactiva, a la espera de instrucciones humanas. Desde conchas y monedas hasta oro, papel y ahora entradas digitales, la lógica detrás de cómo se almacena y se mueve el dinero prácticamente no ha cambiado.

Cuando los bancos de hoy construyeron sus primeras pilas de tecnología, heredaron esta misma mentalidad: trasladar valor del banco A al banco B y mantener la civilización en funcionamiento un día más.

Pero el auge de las monedas digitales y de los pagos programables está llamado a redefinir dónde y cómo fluye el dinero.

Dejando a un lado la publicidad exagerada, estos cambios representan tanto un riesgo como una oportunidad para los bancos. El riesgo de quedar rezagados en el futuro de los pagos, pero la oportunidad de hacerlos más inteligentes y que el dinero rinda para los clientes en tiempo real. Para salir adelante, los bancos deberán pasar de reaccionar a estas disrupciones a transformar activamente su funcionamiento.

Las monedas digitales se generalizan

El innegable aumento en el uso e interés por las monedas digitales es un indicador de cómo está cambiando la naturaleza del dinero. Con la aprobación de la Ley GENIUS en EE. UU., las monedas estables ocupan ahora un lugar central.

Las cifras demuestran por qué. El volumen total de transacciones de stablecoins alcanzó los 51 billones de dólares durante el último año, y si bien el comercio impulsó la gran mayoría, 10,7 billones de dólares estuvieron vinculados a pagos. Tether, el mayor emisor de stablecoins del mundo, es ahora el decimoctavo mayor tenedor de bonos del Tesoro estadounidense, superando a grandes economías como Alemania, Arabia Saudí y Corea del Sur.

Según el análisis de Accenture, si las monedas digitales siguen ganando terreno, hasta 13 billones de dólares en valor de transacciones podrían trasladarse a métodos de pago alternativos para 2030, lo que pondría en riesgo miles de millones de dólares en tarifas de pago tradicionales para los bancos si no avanzan.

De los pagos programables a la agencia

Mientras tanto, el dinero programable ya está transformando las funciones de tesorería. En lugar de esperar la aprobación, los pagos se ejecutan automáticamente cuando se cumplen las condiciones. Por ejemplo, Siemens Treasury se asoció con JP Morgan Payments para automatizar las transferencias de liquidez mediante cuentas virtuales, API y reglas programables, logrando así menos cuentas bancarias, menos trabajo manual y millones en ahorros.

Agentic representa la siguiente etapa del dinero. Agentes inteligentes pueden actuar en nombre de los usuarios, previendo necesidades y optimizando los flujos transfronterizos, entre divisas y proveedores. Para las empresas, esto significa la capacidad de aplicar reglas al dinero y permitir que este programe pagos, optimice los plazos de cambio y obtenga descuentos por pronto pago. Para los consumidores, significa asistentes de compra inteligentes que buscan, comparan y compran al mejor precio, las 24 horas.

Un reciente estudio de Accenture sobre El Futuro del Dinero muestra que el 57% de las empresas creen que los pagos mediante agentes se convertirán en algo común en tres años y, lo que es preocupante para los bancos, estas empresas confían en las grandes empresas tecnológicas (64%) casi tanto como en los bancos (67%) para ofrecer pagos mediante agentes seguros.

Y las grandes tecnológicas, junto con las fintech, están avanzando a toda velocidad.

PayPal ha lanzado una moneda estable y está experimentando con compras a través de agentes. Amazon está probando agentes «Compra por Mí» que pueden comprar en sitios web de terceros sin salir de su aplicación. Circle se ha asociado con Arf para proporcionar liquidez en tiempo real para pagos transfronterizos con USDC, sin prefinanciación. En estos modelos, es posible que los bancos nunca intervengan en la transacción.

El dilema del banquero

La cuestión estratégica para los bancos es si se ubicarán en el centro de este nuevo mundo o si se verán reducidos a servicios públicos que procesan los pagos mientras otros capturan la relación y el valor (gestionan las tuberías mientras otros son dueños de los grifos).

Siete de cada diez bancos encuestados en el estudio Future of Money consideran que ofrecer monedas digitales supone un desafío de moderado a alto, pero la demanda ya está aquí: el 69 % de los clientes corporativos quieren billeteras de moneda digital.

Los líderes serán quienes tomen la iniciativa ahora: experimentando y aprendiendo en tiempo real mientras la industria define las reglas. Esto es lo que deberían hacer los bancos:

Primero, define una estrategia para la moneda digital

Los bancos pueden ser emisores, custodios o facilitadores, pero no necesariamente las tres cosas a la vez. Por ejemplo, Western Union anunció recientemente planes para crear su propia moneda estable para mantenerse competitivo en los pagos transfronterizos.

En segundo lugar, comienza a desarrollar la tecnología de soporte ahora

Es difícil gestionar dinero inteligente en sistemas heredados frágiles o arquitecturas basadas en lotes. Los bancos deberán desarrollar la capacidad de conectarse a registros distribuidos y API resilientes que organicen el dinero en múltiples redes.

En tercer lugar, sintonizar con las necesidades de los clientes

Los bancos pueden crear billeteras, ahorros tokenizados y productos programables, y luego ajustarlos según el uso real de los clientes.

En cuarto lugar, prepárate para los pagos con agentes

Los bancos deberían invertir en identidad, detección de fraude y verificación de intenciones, ya que el enrutamiento inteligente, la optimización del tiempo y la toma de decisiones en tiempo real se convierten en elementos clave. Con el dinero circulando de forma autónoma, la confianza se convierte en el factor diferenciador y una de las pocas ventajas estructurales que aún conservan los bancos.

Aún es pronto, pero este tema debe estar en la agenda de todos los consejos de administración de los bancos. El dinero inteligente cambiará cómo se almacena el valor, cómo se mueve y quién controla ese movimiento. Durante siglos, el dinero nos ha esperado. Pronto, dejará de esperar. La pregunta es si los bancos moldearán ese futuro o lo verán pasar desde la barrera.

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