No cabe duda: Aristocrazy constituye una inversión altamente atractiva. Desde su nacimiento en el año 2010 su ascenso ha sido ha sido meteórico, y tan sólo cuatro años después sus ventas se habían incrementado el 44,9% hasta los 18,7 millones de euros.
La principal fuente de ingresos de la línea de joyería es España, donde el pasado ejercicio obtuvo 16,9 millones de facturación. Aquí ya cuentan con establecimientos en las vías comerciales de la mayoría de ciudades, proceso que se coronó hace unos meses con la apertura de una tienda en la Gran Vía madrileña y otra en la Calle Colón de Valencia.
Ante esta situación el siguiente paso es la expansión internacional, que comenzó en 2013 con su primera tienda en México, y la entrada de L Capital facilitaría el asentamiento definitivo en el extranjero. Por su parte, con esta operación el fondo de Louis Vuitton vería robustecidas sus inversiones en España, donde se había planteado incluso cerrar oficina en caso de no encontrar nuevas oportunidades. Actualmente está presente en El Ganso y cuenta con un 12% de Pepe Jeans pero, de llegar a materializarse, la compra de Aristocrazy constituiría su primera incursión en el mundo de los complementos.