Para despedir el año con un sello inconfundible y disfrutar esas sobremesas que alargan las fiestas, pocas experiencias rivalizan con la armonía entre Cohiba Pirámides Extra, un plato impecable de jamón 100% ibérico de bellota y una copa de cava del corazón del Penedès. Un tríptico gastronómico que celebra la artesanía, el tiempo y la esencia serena del placer.
Cohiba Pirámides Extra, admirado por su formato y por la elegancia de su terminación figurada, despliega desde la primera calada invita a entrar en su universo aromático. Sus notas iniciales de cedro ahumado, especias dulces y cacao marcan el inicio de un viaje sensorial donde cada matiz parece cincelado con precisión.
A medida que avanza, este habano revela capas más profundas: café cremoso, frutos secos tostados y un final sedoso que permanece con carácter pero sin estridencias. Es un cigarro que parece conversar; acompaña reflexiones y proyecta esa mezcla de calma y poder que solo quienes conocen el arte del habano saben descifrar.
Cohiba, jamón 100% ibérico de bellota y una copa de cava
El diálogo sensorial se intensifica al sumarlo con jamón 100% ibérico de bellota, una pieza maestra que aúna herencia, territorio y paciencia. Cada loncha, fina y brillante, ofrece un juego de texturas que se funde con naturalidad: la grasa infiltrada que se derrite, los matices umami, el delicado dulzor y esa mineralidad que solo los cerdos criados en libertad y alimentados con bellota pueden aportar.
La profundidad del jamón sostiene los aromas del Cohiba, mientras la elegancia del cigarro realza la nobleza del ibérico, creando un equilibrio sorprendente entre carácter e identidad.
Para completar esa obra a tres voces, una copa de cava aporta el contrapunto festivo que las fechas exigen. Su burbuja fina eleva cada bocado, la acidez precisa limpia el paladar tras el jamón y prepara la escena para que el habano vuelva a desplegar su complejidad. En sus notas suelen aparecer brioche, manzana madura, cítricos y un frescor que armoniza el conjunto con naturalidad.
Esta tríada no es un simple maridaje. Porque cerrar el año trasciende al calendario; implica agradecer, mirar atrás sin prisa y honrar aquello que nos ha acompañado en el camino.
El verdadero lujo está en detenerse. En encender un Cohiba Pirámides Extra en compañía o en un momento de reflexión íntima, saborear un corte perfecto de ibérico y brindar con burbujas llenas de intención. Así se despide el año: con elegancia, con disfrute consciente y con la certeza de que lo mejor siempre está por llegar.
