El fotógrafo británico Martin Parr, una de las figuras más influyentes del documentalismo contemporáneo, falleció en su casa de Bristol a los 73 años, según informó su fundación y la agencia Magnum Photos, a la que pertenecía desde 1994. Diagnosticado de cáncer en 2021, Parr murió rodeado de su familia, que ha pedido privacidad mientras su fundación y Magnum trabajan para preservar su legado. Nacido en 1952 en Epsom (Surrey), descubrió la fotografía gracias a su abuelo George, quien le regaló su primera cámara a los ocho años y le enseñó a revelar. Estudió fotografía en Manchester y comenzó su carrera en los años setenta en el norte de Inglaterra, trabajando inicialmente en blanco y negro.
En los años ochenta adoptó el color con un estilo rompedor que marcaría su obra. Su serie The Last Resort (1983–1985), realizada en la playa de New Brighton, lo situó en el centro de la polémica por su retrato crudo y colorista de la clase trabajadora británica. A partir de entonces, su mirada irónica e irreverente, con ciertas pinceladas de crítica social, lo consolidó como uno de los fotógrafos documentales más importantes del último medio siglo. En Magnum, su ingreso generó controversia, pero con el tiempo llegó a ser presidente de la agencia entre 2006 y 2008 (y nuevamente destacado entre 2013 y 2017 en la estructura directiva).
Parr desarrolló un estilo personal basado en la saturación cromática, el uso del flash y la observación de la vida cotidiana, con temas como el consumismo, el ocio, el turismo, la comida o las relaciones sociales. El crítico Francisco Carpio destacó su capacidad para convertir escenas aparentemente banales en comentarios mordaces sobre la sociedad británica, especialmente sobre la clase media y trabajadora. Su obra también logró trascender los límites de la fotografía documental tradicional, integrándose en espacios de arte, publicidad y periodismo, algo que, según el fotógrafo Thomas Wheski, lo convirtió en modelo para generaciones posteriores.
Entre sus series más conocidas se encuentran Small World (sobre turismo de masas), Common Sense, Think of England, Luxury y Life’s a Beach. Su fascinación por el turismo lo llevó también a España, especialmente a Benidorm, ciudad que retrató durante más de veinte años y describió como la “Nueva York del Mediterráneo”. Sus trabajos se han expuesto en museos de referencia como la Tate Modern, el Centre Pompidou, el Barbican, el Reina Sofía o el CCCB. Entre sus reconocimientos destaca el Premio PHotoEspaña 2006.
En España fue especialmente querido. En 2012 expuso en el CCCB; en 2018 comisarió junto a Cristina de Middel la muestra Players en el Espacio Fundación Telefónica; y más recientemente presentó MálagaEXPRESS en Málaga y Short & Sweet en Alcobendas. Su retrospectiva en el Centre del Carme recogía obras entre 1975 y 2019, mostrando una visión fragmentada del impacto del consumismo, el turismo, el kitsch y la superficialidad contemporánea.
Parr fue también docente y divulgador. Miembro de Magnum desde 1994, profesor en la Universidad de Gales y director artístico invitado de los Rencontres d’Arles. Su forma de retratar lo cotidiano -a menudo exagerada, grotesca o saturada- buscaba contrarrestar lo que él llamaba “la propaganda de las imágenes” mediante crítica, seducción y humor. Su muerte deja un enorme vacío en la fotografía contemporánea, pero su obra perdura como una radiografía lúcida, divertida y profundamente humana de cómo vivimos y cómo nos mostramos al mundo.
