Desde 2019, todas las empresas están obligadas a registrar la jornada laboral diaria de sus trabajadores. Sin embargo, la nueva ley de control horario de 2025 va un paso más allá y busca que el sistema sea 100% digital, trazable e inalterable, para garantizar que los datos sean fiables y estén disponibles en todo momento para la Inspección de Trabajo.
El tacógrafo, obligatorio desde 1986 en vehículos de más de 3,5 toneladas, permite monitorizar los tiempos de conducción, trabajo, disponibilidad y descanso de los profesionales, y está plenamente integrado en la operativa diaria de los conductores profesionales, así como en los mecanismos de inspección de transporte y de trabajo.
La CETM defiende que el tacógrafo, tanto en su versión digital como en la versión inteligente de última generación disponible desde 2023, es un sistema «fiable, homologado y auditado», diseñado específicamente para un colectivo cuya actividad es móvil, transfronteriza y regulada por normativa europea.
La patronal cree que la introducción de métodos adicionales de registro podría generar «duplicidades, cargas administrativas innecesarias y confusión jurídica», sin aportar mejoras en la supervisión de los conductores.
Además, la patronal se ha mostrado dispuesta a mantener reuniones con el Ministerio o aportar la información técnica necesaria para contribuir a la elaboración de un marco normativo «coherente y eficaz para el sector».
