Los que luego no entienden por qué Vox va camino de alcanzar al Partido Popular acusaron enseguida de machistas a los que dijeron lo que cada vez parece más obvio, y es que aquellos dos tuvieron su momento en el parking. Que algunos hombres pierden la noción de todo por sus pulsiones no sólo no puede sorprendernos sino que es la explicación más plausible en muchos de los grandes acontecimientos de la Historia. Nuestra naturaleza caída se fundamenta en un episodio muy parecido, aunque más simple en lo gastronómico.
Habría sido más fácil decirlo de entrada. Habría habido la misma indignación, la misma censura, la misma dimisión, pero pasado un tiempo, cualquiera hubiera tenido que reconocer que él puesto en la misma situación habría podido actuar de una manera parecida. ¿Algún hombre en España puede decir que nunca el ímpetu le ha llevado a ser temerario? Por suerte muy pocas veces hay que lamentar semejante desastre, pero no porque nosotros paráramos a tiempo sino porque la mayor parte del tiempo la Providencia nos protege.
Él no podía calcular la desgracia que se cernía, y por supuesto, con la información que hoy tiene, habría reaccionado de otra manera. Pero en aquel momento de llamadas confusas y de debilidad, y con la sangre en otro órgano distinto al de pensar, un hombre aturdido por sus pasiones -uno más- tomó la peor decisión de su vida. No tiene justificación posible, pero tiene una explicación sencilla, y una de la que todos nos dimos cuenta enseguida, pero las hermanas Catafalco, en cabeza de Rubén Amón, nos increparon al grito de “machistas” y otra vez en España en el apagón.
¿Cómo va a ser machista explicar que el mandatario estuvo más interesado en su acompañante que en cualquier otro acontecimiento de aquel viernes? ¿Cómo va a ser machista recordar que la Historia está escrita a golpe de hombres que han perdido la cabeza por una mujer, y que estos desmanes han sido causa de guerras perdidas, de corrupciones destapadas, de escándalos familiares que han roto alianzas entre estados y que han causado la desolación y la miseria a países enteros? Cleopatra, Josefina, Ana Bolena, Camilla Parker-Bowles. Por Victoria Álvarez se rompen los Pujol.
Siempre hay una manzana que nos acompaña, en la guerra o en el parking, y siempre que la mordemos el Cielo se vuelve a estremecer. ¿Es machista decirlo? ¿Es que luego no cayó el diluvio? Con su mejilla contra la ventanilla empañada del coche, ella empezó a darse cuenta de que el día que más quiso acercarse al poder iba a ser el que más dramáticamente se alejaría de él y para siempre. ¿Es machismo? No. Es que a una hermosa mujer sobresaltada le cayeron al suelo las manzanas y rodó tras ellas la muerte desbordada.
